Este miércoles, las Comisiones Económicas Conjuntas del Congreso de la República iniciarán el primer debate sobre la reforma tributaria propuesta por el Gobierno colombiano, la cual se presenta como una de las medidas más cruciales para asegurar la estabilidad fiscal del país en 2025.
La reforma, liderada por el nuevo ministro de Hacienda, Diego Guevara, se enfrenta a un complejo panorama político, marcado por la necesidad de conciliar la presión fiscal con el impacto económico de las nuevas medidas.
Una reforma clave para las finanzas públicas
El principal objetivo de esta reforma es cuadrar las cuentas fiscales del país, que requieren un ajuste significativo para enfrentar los desafíos del próximo año.
Según el gobierno, se busca construir consenso en un entorno político tenso, donde la oposición ya ha anunciado su voto negativo, lo que pone en evidencia la dificultad de lograr una aprobación amplia.
Aunque las propuestas iniciales presentaban medidas ambiciosas, el nuevo proyecto busca atenuar las resistencias de diversos sectores, especialmente frente a una mayor carga impositiva que afectaría a sectores clave como los profesionales liberales, los vehículos híbridos y el comercio electrónico.
Ajustes en la reforma: ¿Qué impuestos se caen?
La propuesta inicial de la reforma tributaria incluía varias medidas que fueron finalmente descartadas, lo que refleja la necesidad del Gobierno de adaptar su estrategia para ganar apoyo en el Congreso.
Entre las más relevantes se destacan la eliminación de un IVA del 19% sobre los juegos de suerte y azar en línea y la subida del impuesto a vehículos híbridos del 5% al 19%, lo que habría generado un recaudo de aproximadamente 2,04 billones de pesos.
Además, se ha optado por no incrementar el impuesto a las ganancias ocasionales del 15% al 20%, una medida que había sido parte del plan original, pero que hubiera afectado considerablemente a los contribuyentes.
En cuanto al impuesto al patrimonio, se mantendrá el umbral de entrada actual, lo que implica que no se incluirán más de 75,000 contribuyentes adicionales, como se había previsto inicialmente.
La gradualidad en los impuestos al carbono y otros ajustes
Otro de los aspectos clave de la reforma es la modificación al impuesto al carbono. En lugar de un aumento abrupto, el Gobierno ha optado por una implementación gradual, que comenzará en 2025 con un costo de 41,000 pesos por tonelada y se incrementará hasta 2027. Esta medida busca equilibrar la necesidad de recaudar más ingresos con la sostenibilidad económica, evitando un golpe excesivo a los sectores que dependen del consumo de combustibles fósiles.
Nuevos impuestos para alcanzar la meta fiscal
Para lograr los 9,8 billones de pesos que se propone recaudar, el proyecto de reforma incluye varios ajustes fiscales. Entre ellos destaca un aumento en el impuesto de timbre al 1% para ciertos documentos relacionados con bienes inmuebles, lo que se espera que genere una mayor recaudación sin afectar de manera directa a la población en general. Además, se fortalecerá la capacidad de la DIAN (Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales) para conciliar deudas tributarias, lo que debería contribuir a un mejor cumplimiento y mayor eficiencia en el sistema tributario.
En cuanto a los sectores extractivos, se propone una sobretasa del impuesto de renta para la exploración de petróleo, que podría alcanzar hasta el 20%.
Esta medida refleja la necesidad de que los grandes sectores económicos del país contribuyan de manera más significativa a las arcas del Estado, especialmente en un momento de altos precios internacionales del petróleo.
Cambios en el IVA y el impuesto a los dividendos
Uno de los ajustes más relevantes para el comercio internacional es la eliminación de la exención del IVA para importaciones menores a 200 dólares. Esta medida tiene como objetivo frenar las irregularidades en plataformas de comercio electrónico, como Amazon, Temu, Ali Express o Shein que han permitido a los usuarios evadir el pago de impuestos a través de la declaración incorrecta de valores en las importaciones.
Finalmente, el proyecto plantea derogar el descuento del 19% para dividendos superiores a 1.090 UVT, lo que implicaría que las ganancias de estas operaciones se gravarán con un 30%. Esto podría afectar principalmente a los inversionistas de alto poder adquisitivo, quienes verán un aumento en sus cargas impositivas a partir de la reforma.
El debate en el Congreso: Un futuro incierto
El camino hacia la aprobación de la reforma tributaria no será sencillo. Aunque el Gobierno ha realizado ajustes para moderar el impacto de algunas de sus medidas, la oposición se mantiene firme en su rechazo. La clave de la reforma estará en encontrar un equilibrio entre la necesidad de recaudar más recursos y la presión política para no afectar en exceso a los sectores económicos más sensibles.
En los próximos días, el Congreso se convertirá en el escenario de un intenso debate sobre los efectos de la reforma y su viabilidad, lo que podría llevar a nuevas modificaciones antes de su eventual aprobación. Sin embargo, lo que es claro es que el Gobierno tiene una ventana estrecha para conseguir el respaldo necesario y garantizar que la reforma tributaria cumpla con su objetivo de consolidar las finanzas públicas para el 2025.