Trabajadora de servicios generales, primera boyacense en vacunarse

Mar, 23/02/2021 - 14:20
KienyKe.com conoció las sensaciones de Yeimy Arévalo Sosa, auxiliar de servicios generales en la UCI de la Clínica María Josefa Canelones de la ciudad de Tunja, tras ser la primera persona en Boyacá que recibió la vacuna.

Hace unos días fue noticia la llegada de los primeros lotes de vacunas contra la covid-19 a Colombia. Este acontecimiento acaparó la atención de los colombianos desde distintos puntos de vista: algunos se mostraron expectantes y optimistas con lo que puede ser la solución al temible virus que atacó a la humanidad; otros, por el contrario, señalaron que fueron muy pocas las unidades recibidas por el Gobierno colombiano, que además llegaron demasiado tarde, como para recibir semejante cobertura mediática.

Las vacunas parecen ser el elemento más codiciado por estos días en el país. Eso sí, según lo establecido en el Plan Nacional de Vacunación dispuesto por las autoridades de salud, las personas que tienen prioridad para recibir las primeras dosis son aquellos trabajadores del área de la salud que enfrentan la emergencia sanitaria en la primera línea de atención: médicos, enfermeros, camilleros, auxiliares de servicios generales, personal de vigilancia, entre otros.

Yeimy Arévalo Sosa, auxiliar de servicios generales en las Unidades de Cuidado Intensivo de la Clínica María Josefa Canelones de la ciudad de Tunja, es una de las afortunadas en recibir la dosis de esta vacuna. De hecho, el pasado sábado 20 de febrero obtuvo el honor de ser la primera persona en el departamento de Boyacá en ser inmunizada contra el virus.

KienyKe.com conoció la historia de Yeimy y sus sensaciones al ser uno de los pocos colombianos que, por el momento, han recibido el biológico clave para la erradicación de la pandemia.

“Para mí fue una sorpresa cuando me notificaron que iba a ser la primera persona en Boyacá en recibir la dosis, me sentí orgullosa”.

Yeimy labora en el centro asistencial desde que inició la pandemia. Como lo haría un valiente soldado en el frente de batalla, aceptó el difícil reto de limpiar las Unidades de Cuidados Intensivos de pacientes infectados con el peligroso coronavirus que ha puesto en jaque al mundo.

“Para mi fue un momento de angustia, pues, porque vivo con mis hijos, con mi suegra y mis cuñados, pero siempre he estado en las manos de Dios y siempre le he pedido a él guardarme en su sabiduría. Para mi es un honor colaborarle a mucha gente, estar sirviendo a los médicos, los auxiliares y a todas las personas que están dentro del área de la clínica”, comentó Yeimy.

Yeimy Arévalo

Esta auxiliar de servicios generales pasa las doce largas horas de su turno recorriendo los pasillos del centro asistencial; allí la muerte ronda a cada segundo, pero también la esperanza y la vida renacen por instantes. Esto hace que Yeimy haga su trabajo con un talante heroico: gracias a su labor y la de sus compañeros que enfrentan esta pandemia, cuida a aquellos profesionales que salvan vidas y vela por el bienestar de aquellos que salen bien librados del virus. 

Sin embargo, no deja de pensar en los episodios más duros que ha vivido en su trabajo. “El tiempo más crítico y más difícil fue ver morir la gente, estar en ese lugar y no poder ayudar a los demás. Es un sentido de impotencia, es mirarlos y no poder hacer nada. Mucha gente pide auxilio o muchos pacientes me llaman para que les alcanzara un vaso de agua. Por obvias razones no podía: nosotros, con nuestras funciones de servicios generales, no debemos tener el contacto con los pacientes”, afirmó Yeimy.

Yeimy es una mujer de 36 años y madre de tres hijos. Nació en la ciudad de Chiquinquirá y creció en el municipio de Buenavista. Actualmente reside en la ciudad de Tunja, lugar al que llegó para cumplir sus sueños y sacar a sus hijos adelante, luego de que su esposo falleciera hace 9 años. Sabe que se encuentra en un riesgo constante; pero al concluir su trabajo todos los días, se siente feliz de haber podido colaborar de alguna manera con la limpieza de las UCI, ayudar a médicos, enfermeros e indirectamente a los enfermos.

“Amo mi trabajo, amo lo que hago. Es satisfactorio pensar que de alguna manera aporté con mi granito de arena a aliviarles el dolor a las personas. Porque, de una u otra forma, contribuyo a que salgan adelante”, puntualizó.

Su familia es el principal motor para librar esa batallas todos los días. No es fácil laborar en esta contingencia sanitaria, pero lo hace con amor y por el bienestar de ellos de quienes reciben todo su apoyo y admiración. Al final de la jornada, sus hijos, Deily Alejandra, Valery Camila, y Samuel Caleth, la saludan cuando llega a su casa y le preguntan cómo está y cómo estuvo su día.

“Todos los días, cuando termino mi larga jornada de 12 horas, me saludan y están pendientes de mí siempre. He tenido el apoyo de todo el mundo y eso me llena de ánimo para seguir adelante”, cuenta.

Yeimy Arévalo Sosa

Yeimy, como ninguno de nosotros, jamás se imaginó vivir un momento como este, y más para ella y sus compañeros que enfrentan esta coyuntura de frente. Sin duda ha sido una experiencia de la cual le ha dejado lecciones.

“Es una experiencia única, el aprender a sobrepasar los límites, el aprender a vivir el día a día en una UCI, en una clínica, estar ahí adentro 12 horas sin saber nada de tus hijos, de tu familia. Solamente cuando puedes bajar a tomar tu descanso o en la hora del almuerzo puedes llamarlos para saber cómo están. En esta pandemia no he podido estar pendiente de ellos en sus cosas y en el colegio como se debería. Para mí el tiempo ha sido corto porque ya no logro lo que hacía antes. Estoy aquí porque mis hijos han sido responsables y hasta el día de hoy me siento orgullosa de ellos, porque han sido mi apoyo y mi ayuda incondicional”, comentó.

Se siente privilegiada por ser de las primeras personas en el país que ya fue inmunizada, agradece a las autoridades y a aquellos que la tuvieron en cuenta para este proceso. También resaltó el liderazgo para que se desarrolle el Plan Nacional de Vacunación de una manera eficaz y segura. Cree que, a pesar de que ya está circulando la vacuna contra el Covid-19, debemos seguirnos cuidando.

“Mi mensaje a todos los colombianos y a los boyacenses es que no hay que bajar la guardia; hay que seguir cuidándose hasta el último momento. Tenemos que cumplir estrictamente los protocolos. Esto no ha pasado, hay que tener fe en Dios, que esta vacuna nos va a ayudar”, puntualizó.

Yeimy Arévalo Sosa, la primera persona en recibir la vacuna contra el Covid-19 en el departamento de Boyacá, seguirá en la primera de línea de atención, entregando lo mejor de sí por el bienestar de aquellos que han padecido el flagelo del virus, por sus compañeros y por el amor de sus hijos, que son la gran motivación para salir adelante y cumplir sus sueños.

Por: David Palencia

 

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