Para los celtas era un regalo de los Dioses, ya que 'revivía' a los muertos, además calentaba el cuerpo y el alma durante los fríos inviernos. Hoy, es una de las bebidas más populares en todo el mundo. Su cata es una arte que va más allá de simple hecho de 'bajarse' una escoces en las rocas.
"Whisky" en gaélico significa "Uisge Beatha", lo que se traduce al español en "agua de vida". Aunque el origen del Whysky no tiene un punto de partida claro y definido, el primer escrito data en 1405 en Irlanda. Posteriormente, en 1494, el fraile Juan Cor logró dar la primera gran producción de whisky en Escocia.
Este era apenas una bebida de refuerzo, destilado exclusivamente por monjes, ya que era reconocido principalmente como medicina y usado para tratar todo tipo de enfermedades, desde la plaga hasta la parálisis.
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Cuando Enrique VII llegó al trono de Inglaterra en 1457, disolvió los monasterios y de inmediato la difusión del preciado líquido empezó. Las personas lo vieron como un 'antídoto' contra la pena. Quienes más lo consumían pasaban por la pérdida de un familiar o ser querido.
Con el tiempo, los "destiladores caseros" refinaron el proceso y descubrieron que el whisky, por derecho propio, podía ofrecer una experiencia placentera al ser obtenida de la destilación de la malta fermentada de cereales como la cebada, trigo, centeno y maíz.Así, el Whisky se convirtió en parte esencial de la vida de los escoceses. Pero no todo era color de rosa. A finales del siglo XVII, la bebida llamó la atención del parlamento escocés, quienes impusieron fuertes impuestos sobre el consumo de la bebida; de esta manera su producción cayó fuertemente pero el contrabando se convirtió en una práctica habitual, y así fue durante 150 años. Durante la revolución americana, en Estados Unidos la provisión de whisky era muy escasa, tanto así que era usado como moneda de cambio. En 1794 dio lugar la llamada "Rebelión del whisky", que fue el resultado del nuevo impuesto sobre la bebida en Estados Unidos.