Aunque hoy el día de los inocentes es motivo de risas y bromas, el origen de esta celebración es más triste de lo que se cree. Conocido como el Día de los Santos Inocentes, se trata de la conmemoración de un episodio del cristianismo: la matanza de los niños menores de dos años nacidos en Belén (Judea), ordenada por el rey Herodes I el Grande con el fin de deshacerse del recién nacido Jesús de Nazaret.
Según narra el evangelio de San Mateo, el Rey Herodes temía que se cumpliera lo escrito en los sagrados rollos que profetizaban el nacimiento del niño Jesús, quien sería el Mesías, el nuevo rey de Israel y el encargado de terminar con su reinado.
Según las escrituras griegas cristianas, más conocidas como el Nuevo Testamento, ocurrió la llegada de unos sabios del Oriente a Jerusalén, quienes buscaban al recién nacido Rey de los Judíos, guiados por la estrella de Belén. En la actualidad la tradición les dio el nombre de Reyes Magos y fueron quienes se presentaron ante Herodes, quien les pidió que fueran en busca del niño Jesús.
Los sabios nunca regresaron a donde el rey, por lo que Herodes mandó matar a todos los niños menores de dos años de la región para asegurar la muerte de Jesús. El nombre de "Día de los Santos Inocentes" se da porque los niños menores de dos años asesinados por orden del Rey Herodes no podían haber cometido pecado alguno a tan temprana edad. Fue con el paso de la historia que esta celebración fue cambiando y se comenzaron a hacer todo tipo de bromas.
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Aunque se celebra el 28 de diciembre, hay que destacar que el Evangelio de Mateo indica que la matanza sucedió después de la visita de los magos al rey, por lo que este festejo debería celebrarse días después del 6 de enero.
Al parecer, la celebración se mezcló con la tradición francesa donde se celebra ‘La fête de Fous’ o Fiesta de los Locos, una fecha llena de mucho licor, comida, danzas y comportamientos alocados. Esa tradición data del siglo XVII y permitía que los sacerdotes comieran, bebieran en exceso y se pusieran disfraces.
Esta conmemoración se fue expandiendo por el mundo y, en la actualidad, hay varios países donde se suelen disfrazar, hacer festivales llenos de color o incluso enfrentarse en una batalla de harina, como en España. Lo que sí es cierto es que es una fecha para disfrutar, reír y hacer muchas bromas a los más distraídos antes de la llegada del año nuevo.
En España e Hispanoamérica es una costumbre realizar bromas de toda índole en esta fecha a amigos y familiares. También conocido como día de los tontos, en algunas culturas se acostumbra pedir cosas prestadas sin tener que devolverlas: “inocente palomita que te dejaste engañar, sabiendo que en este día nada se puede prestar”, le dicen algunos a quienes logran mofar en este día.
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Muchos medios de comunicación hacen bromas o tergiversan su contenido de tal modo que la información parezca real. Es tradición que los periódicos publiquen páginas enteras de noticias falsas o cómicas, con la advertencia de que es día de los inocentes, algunas de ellas parecen tan serias que engañan a lectores desprevenidos.
Las inocentadas en el fondo se hacen con el objetivo de tomar a alguien como ingenuo, como hicieron los sabios de Oriente con Herodes al no regresar para informarle el paradero del niño Jesús, el nuevo rey de Israel.