Una vez más, tras más de un siglo de historia y diferentes transformaciones, el icónico Edificio Vásquez se pinta de arte para convertirse en el Centro de Desarrollo Cultural Vásquez.
La historia de este emblemático lugar se remonta al año 1983, cuando el señor Eduardo Vásquez compró, por 62.880 pesos, un lote de 1.120 metros cuadrados ubicado en el sector de Guayaquil. El reconocido comerciante tenía el propósito de construir uno de los edificios más importantes de Medellín en esa época.
"Por el oriente, con la carretera de Carabobo; por el sur, con la calle que ha de poner en comunicación la avenida meridional de la Plaza de Mercado Cubierto de Guayaquil, con la expresada carretera; por el occidente, con la avenida oriental de la misma Plaza; y por el norte, con la calle o plazoleta que ha de poner en comunicación a dicha plaza con la referida carretera y que quedará precisamente frontera al pórtico de tal plaza", estos eran los límites del lote según decía la escritura del predio.
El encargado de llevar a cabo la creación que estaba en mente de Vásquez fue el francés Charles Émile Carré, quien también construyó la Catedral Metropolitana y otras joyas arquitectónicas de la ciudad.
En 1895 la estructura estuvo lista. Estaba hecha de ladrillo, como material principal del edificio, y llamaba la atención de los ciudadanos que llegaban al centro de Medellín para realizar actividades comerciales.
En esa época el edificio estaba compuesto por locales comerciales en el primer piso y lugares de residencia en el segundo y tercer piso. Sin embargo, no cualquier persona vivía allí: las viviendas eran exclusivas para familias de la alta sociedad.
En ruinas, así quedó el lugar que soñó Eduardo Vásquez
En el año 1901 ocurrió una tragedia. Las llamas consumieron el lugar que quedó en ruinas. Medios locales y nacionales registraron el incendio que acabó con la moderna estructura que era bien conocida por todos los habitantes del sector.
Hasta ese momento el edificio no tenía nombre, pero luego de varios años y una reconstrucción del sitio, fue llamado Edificio Vásquez, tal como se leía en la puerta de entrada.
Con el paso de los años y el crecimiento de la ciudad, el edificio empezó a deteriorarse. Cambió de dueño unas nueve veces y eso hizo que lo dejaran descuidado, como pasó con otras estructuras de la zona. Para los años 70 ya no era más ese lugar moderno y halagado por la ciudadanía.
Más adelante, en los años 80, el Edificio Vásquez terminó convertido en un inquilinato, casi en ruinas. Ya no alojaba personas de la élite, sino habitantes de calle que llegaban al sitio buscando refugio.
Unos años más tarde, el edificio fue expropiado y declarado 'Bien de Interés Cultural de Carácter Nacional', bajo la Resolución 1751 del 6 de agosto del 2000 del Ministerio de Cultura. Tres años después se llegó a un acuerdo con la Caja de Compensación Comfama para restaurar y arrendar el espacio.
Desde el 2006 entró en funcionamiento y, tras varias modificaciones, Comfama terminó subarrendando parte del espacio a diferentes empresas y organizaciones.
Un edificio emblemático que renace
Ante la necesidad de ampliar los espacios para el desarrollo de programas de la Secretaría de Cultura Ciudadana, se invitó a la terminación del contrato entre las dos partes y a la entrega del inmueble a la ciudad.
El pasado jueves 10 de junio, Medellín entregó las llaves del Centro de Desarrollo Cultural Vásquez al sector cultural para que se convierta en la caja de resonancia del talento local y los artistas de Medellín. En este lugar ahora funcionará la Secretaría de Cultura Ciudadana y será un espacio para la formación, proyección, circulación y creación artística y cultural de la ciudad, según la Alcaldía.
El Centro de Desarrollo Cultural Vásquez contará con diferentes espacios de desarrollo creativo que servirán para el fortalecimiento y ejecución de programas y proyectos de la Secretaría de Cultura Ciudadana.
Algunos de los espacios que funcionarán allí son, entre otros, el laboratorio de creación de procesos ciudadanos, la Escuela de Tango de la Red de Escuelas de Música, un escenario de exhibiciones y proyección del trabajo plástico y visual de Medellín, el Centro de Experimentación Digital para las Artes (CEDA), y un espacio para la innovación, la creatividad y el desarrollo tecnológico.
También operarán dependencias de la Alcaldía de Medellín como la Secretaría de la No-Violencia y la Gerencia del Centro. Una de las sedes del Banco de las Oportunidades también funcionará en este nuevo espacio.