
Las piscinas son baños comunales donde el agua se convierte en cómplice de los nadadores a los que les da pereza ir al baño. Una de cada cinco personas en Estados Unidos aceptó que orinaba en las piscinas. Debido a la alta cifra, las autoridades sanitarias están buscando cambiar la mentalidad en los bañistas para evitar la propagación de gérmenes e infecciones y evitar que usen la piscina como ducha. Las enfermedades más comunes que se presentan son infecciones en la piel, en los ojos, en los oído, diarrea y hasta intoxicación si se consume.