
En medio del bombardeo más grave en Kyiv en los últimos nueve meses, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sorprendió con un mensaje directo al presidente ruso Vladimir Putin, en el que le pidió detener los ataques y avanzar hacia un acuerdo de paz. El llamado, publicado en su red Truth Social, marca un giro retórico del mandatario, conocido por sus posiciones ambivalentes frente al Kremlin.
“Vladimir, ¡para! Mueren 5.000 soldados a la semana. ¡Logremos el acuerdo de paz!”, escribió Trump, tras conocerse que el ataque dejó al menos 10 muertos y más de 70 heridos, incluyendo un bombardeo a un hospital infantil en Kyiv.
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La condena pública de Trump hacia Rusia llega en un momento crítico, pero contrasta con sus recientes declaraciones contra el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, a quien acusó de estar bloqueando las negociaciones de paz lideradas por Estados Unidos. “Él puede tener paz o puede luchar otros tres años antes de perder todo el país”, escribió el miércoles, señalando a Zelensky como un obstáculo más que un socio estratégico.
Estas declaraciones han generado desconcierto entre analistas y aliados internacionales, que ven en el doble discurso de Trump un factor que debilita la presión internacional sobre Moscú y complica los esfuerzos por un cese al fuego.
Mientras tanto, el presidente Zelensky, de visita diplomática en Sudáfrica, calificó los ataques rusos como “descarados” y pidió más presión global para alcanzar un alto el fuego. Desde Ucrania, el ministro de Asuntos Exteriores, Andrii Sybiha, respondió con contundencia: “Los brutales ataques demuestran que Rusia, no Ucrania, es el obstáculo para la paz”.
La tensión entre los mensajes de Washington y los intereses de Kyiv pone en evidencia las dificultades para avanzar en una salida negociada, mientras continúa la escalada bélica y se multiplican las víctimas civiles.