La periodista y ahora cabeza de lista para el Senado por el Nuevo Liberalismo, Mabel Lara, tuvo un pequeño encontronazo de opiniones con el periodista Daniel Samper Ospina por unos comentarios sobre Ingrid Betancourt que han sido calificados como machistas. De acuerdo con la candidata, “las formas de nombrar importan”, ya que considera que las burlas tienen una incidencia negativa en la participación de la mujer en escenarios públicos y de poder.
Todo inició por cuenta de un trino de Ospina sobre Ingrid Betancourt en el que aseguró: “Estamos en la olla con esta heroína que aterrizó en el centro como Juana de Arco pero se comportó como Juana la Loca”. Mensaje que causó gran controversia en Twitter, donde varias mujeres rápidamente le recalcaron que “loca” no es la mejor forma para referirse a una mujer que es líder en la política (aún cuando no le resulte afín).
Precisamente, Mabel Lara, amiga de Daniel Samper, fue una de las que manifestó su descontento por el mensaje. Con tono respetuoso, la candidata al Senado le recordó a su colega que en el plano político las críticas hacia la mujer deberían ceñirse a su actividad política y no a aspectos personales o ridiculizantes.
Sin embargo, Lara no fue la única que manifestó estar en desacuerdo con el periodista de Los Danieles, ya que en realidad en la cuenta de Twitter de Daniel Samper se armó un auténtico debate sobre si estaba bien o no llamar “loca” a una mujer por sus actitudes políticas.
También hay que mencionar que algunos de los comentarios señalan que estuvo muy fuera de lugar comparar a Betancourt con Juana la Loca, la reina de Castilla (1504-1555) que fue llamada loca por su padre e hijo, quienes la apartaron del trono y la mantuvieron encerrada por años en el Castillo de Tordesillas. Una incapacidad mental para ejercer el poder que hasta el día de hoy sigue siendo revisada por historiadores, que consideran que puede que en realidad el padre e hijo de Juana la Loca simplemente se hayan aprovechado del fuerte luto que sufrió por la muerte de su esposo. Hechos que difícilmente pueden ser comparados con la candidata de Oxígeno Verde.
“¿Cómo se comportó Juana la Loca, en todo caso? El marido le puso los cachos hasta no poder más, la colgaron del techo por cuestionar el catolicismo de su madre, su padre la maltrató, su hijo la recluyó en un convento para asegurar su poder, etc. Seguro su locura fue espontánea…”, fue la respuesta de Tomas Molina, doctor en filosofía de la Universidad de Granada, España.
A medida que iba creciendo la polémica, más y más comentarios se iban sumando y al final Daniel Samper terminó por ceder ante sus críticos y señalar que nunca tuvo la intención de que sus comentarios tuvieran “sentido machista”. También hizo un llamado a sus seguidores para que le ayudaran a entender la razón por la cual llamar “loca” a Ingrid Betancourt era “reproducir machismos”.
De hecho, convocó un espacio en Space para hablar sobre el tema con algunas personas que le habían dado su opinión, entre ellas el periodista Daniel Ruge, que aseguró: “Estoy convencido de que el humor no se va acabar por lo que se ha llamado de mala manera "la dictadura de lo políticamente correcto". El mundo está cambiando y hay que escuchar”.
Cabe recordar que el paso y salida de Ingrid Betancourt de la Coalición de la Esperanza, de la que tanto Daniel Samper como Mabel Lara son afines, fue bastante polémica por sus posiciones frente a los apoyos que recibían algunos precandidatos del movimiento político e incluso por su arremetida en pleno debate de Semana y El Tiempo en contra de Alejandro Gaviria. Es por ello que no sorprende mucho el mensaje del periodista, aunque sí la forma.
De por sí, otro que por estos días ha estado bastante activo en contra de la candidata de Verde Oxígeno es Alejandro Gaviria, quien ha criticado su “posición moralista”. "Esa postura moralista extrema, que divide al mundo entre buenos y malos, que puede ser rentable políticamente, que puede ser buena para ganar la elección, no lo será tanto así para gobernar”, comentó el ex rector de los Andes en su podcast “Hagamos la diferencia”.
Las cosas así, tras lo que parece ser una disculpa por parte de Daniel Samper Ospina y una disposición por entender el malestar de la gente, este es un episodio ideal para reflexionar sobre los calificativos en épocas electorales y la importancia de no realizar ataques personales o burlescos en aras de robustecer el debate político. Sin embargo, la discusión aún queda sobre la mesa y por un lado está la posición de que el humor no puede morir por la “dictadura de lo políticamente correcto”, mientras que por otro están las cientos de mujeres que piden dejar de ser llamadas “locas” con el fin demeritar su trabajo y liderazgo en diferentes ramas laborales. En todo caso, así como en el caso de los hombres, seguro existirán mejores argumentos para criticar su desempeño.
