El pasado 20 de agosto fue el derrumbe del puente Los Grillos en la vía Sogamoso a Aguazul. Una infraestructura mayoritariamente construida por la empresa Conconcreto, uno de los contratistas más exitosos en todo Colombia, encargado también de otras mediáticas obras como el Puente Chirajara (colapsado en 2018) o el Transmilenio por la calle 13 en Bogotá.
Según el informe de la Superintendencia de Sociedades, después de Marval y Amarilo, Conconcreto fue la constructora que más ingresos operacionales tuvo en todo 2022, con un total de 1.3 billones de pesos. Lo anterior le representó a la empresa antioqueña un crecimiento del 41,6% con respecto a 2021.
Sus participaciones no son pocas ni mínimas, empezando por el puente Los Grillos, en el que mayoritariamente era el responsable de su diseño y construcción, de la mano con el Consorcio CC-MP-HV-Cusiana que construyó la vía que conecta al puente con el resto de la malla vial. Una estructura que costó 17.268 millones de pesos y que en este momento está en proceso de investigación para determinar las responsabilidades y si da o no lugar a la póliza de indemnización tras su inesperado derrumbe.
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Por su parte, Conconcreto sigue alegando que el contrato terminó el pasado 30 de abril de 2015 y el puente Lo Grillos había sido debidamente entregado al INVIAS “sin declaración alguna de sanciones por incumplimientos” el 30 de mayo de ese mismo año, siendo finalmente liquidado “sin observaciones” en octubre de 2017. Argumentan que, en ese sentido, el mantenimiento de la obra quedó a cargo del INVIAS. No dicen nada, eso sí, sobre el hecho de que el puente no duró ni siquiera 10 años de construido.
No obstante, lo peor del comunicado viene con la revelación de que habrían existido alertas tempranas de lo que podía ocurrir, teniendo en cuenta una serie de movimientos de tierra que sucedieron durante la construcción del puente Los Grillos. “Movimientos de gran magnitud que podrían generar riesgos para algunas de las estructuras del Corredor Cusiana”, frente a los cuales el Consorcio e INVIAS realizaron “obras de mitigación” durante el tiempo de duración del contrato.
Asegura Conconcreto que al momento de la entrega del puente se dejaron explícitas las “recomendaciones para garantizar la estabilidad del puente Los Grillos”, por lo que se concluye que aún faltaban más obras de mitigación para que no ocurriera lo que pasó, además del mantenimiento que requiere una estructura como esta. Finalmente será la justicia quien determine a quién y en qué grado le aplican las responsabilidades.
De acuerdo con la página de Conconcreto, este proyecto parte del “Corredor Transversal del Cusiana”, contó con la rehabilitación de 13.5 kilómetros de vía pavimentada en el primer sector y ojo al dato: la construcción de 14 puentes, para un total de 2.107 metros en puentes en el segundo sector.
Las otras polémicas de Conconcreto
Además del Puente de los Grillos, lo cierto es que Conconcreto no ha sido una empresa ajena a la polémica. Nada raro teniendo en cuenta los ojos que están puestos sobre el que es hoy uno de los contratistas más poderosos del Estado colombiano. Hidroituango, varias concesiones de Transmilenio y otras obras con la Alcaldía de Bogotá, también con el Metro de Medellín, aeropuertos, puentes, entre otras más, han sido obras públicas que están o han estado bajo la sombrilla de esta empresa.
Una de estas polémicas tiene que ver con la construcción del Puente Chirajara, cuyo colapso causó la muerte de unos nueve trabajadores cuando se desplomó en 2018 y que se espera sea entregado de nuevo en octubre de este 2023. La construcción, entonces, estaba a cargo de Coviandes, quien terminó pagando por decisión de la Procuraduría 90.782 millones de pesos para resarcir por los daños a la nación.
El caso de Hidroituango
El Consorcio CCC Ituango fue el ganador de la concesión para construir la presa de Hidroituango, el proyecto hidroeléctrico más importante del país teniendo en cuenta que garantizará cerca del 17% de la energía en Colombia. Sin embargo, para nadie es un secreto lo sucedido en 2018 por cuenta de obstrucciones y taponamientos que hicieron temer que el agua pudiese sobrepasar (o incluso destruir) la presa, poniendo en grave peligro a las poblaciones río abajo y a la infraestructura en sí (generando pérdidas millonarias).
En su momento, para evitarlo, además de algunas evacuaciones, se tomó la decisión de inundar la casa de máquinas de Hidroituango, lo que alivió momentáneamente la presión sobre la presa pero generó pérdidas multimillonarias al proyecto. Eso sucedió el 12 de mayo de 2018, apenas unos días después se dio la tragedia social de Puerto Valdivia, que sufrió una creciente del Río Cauca tras el destaponamiento natural de uno de los túneles de Hidroituango. El resultado: Al menos 600 damnificados y varias poblaciones evacuadas preventivamente.
De ahí a 2019 fueron varios los hechos que acontecieron con este proyecto, empezando por el desastre ambiental que vino con el cierre de compuertas de la presa el 5 de febrero de aquel año, decisión que fue tomada por EPM para evitar que se comprometiera la estructura en su totalidad. El resultado fue la escena de un Río Cauca seco, sin anotar la mortandad de fauna registrada.
Probablemente este fue uno de los peores escándalos que ha enfrentado Conconcreto en sus años de existencia. Fruto de esto, la Contraloría en 2021 ordenó el embargo a las constructoras involucradas por deterioro patrimonial de 4 billones de pesos. La orden para entidades financieras fue “el registro del embargo y retención de los dineros depositados o que se lleguen a depositar en las cuentas bancarias”. Luego de eso Conconcreto entró en un proceso de reorganización, del que salió hasta mayo de 2022 y que le dio algo de aire para salir de aquel problema.
En una entrevista con La República, Juan Luis Aristizábal, presidente de Conconcreto, aseguró que se ampararon en ese figura porque el fallo de más de 4 billones superaba el patrimonio de Conconcreto y que pese a que el proyecto era importante para ellos, no lo consideraba “estratégico”. Al final, el pago del dinero llegó por cuenta de las aseguradoras y Conconcreto salió anticipadamente de su proceso de reorganización.
Millonaria multa a su presidente
En octubre de 2021 la Superintendencia de Industria y Comercio impuso una sanción contra el presidente de Conconcreto por infringir el régimen de protección de competencia, específicamente en el proyecto de la construcción del Tercer Carril en la vía Bogotá-Girardot. En 2020 la investigación contra Conconcreto por este caso no prosperó al no encontrar pruebas de la responsabilidad de la compañía en una supuesta cartelización a su favor para obtener la concesión.
Juan Luis Aristizábal, presidente de Conconcreto, fue multado por 1.128 millones de pesos precisamente por obstruir la investigación que se adelantaba en contra de la compañía. Según la SIC, Aristizábal habría facilitado la eliminación de información, así como el ocultamiento de su equipo de cómputo, entre otros.
En diciembre de 2022, Conconcreto anunció su retiro de la construcción del Tercer Carril, principalmente porque ya no les resultaba rentable a raíz de la caída del precio del peso colombiano, la subida de la inflación, entre otros. No obstante, eso sí, su participación en el proyecto no desapareció del todo, ya que esta se mantuvo en un 15%.
¿Quiénes son los dueños de Conconcreto?
Actualmente, además de grandes obras de infraestructura en Colombia, Conconcreto es también uno de los contratistas más grandes en Bogotá. En su portafolio de proyectos hay varias ciclovías, la segunda pista del Aeropuerto el Dorado, el intercambiador vial de la 92 con NQS, así como la adjudicación del Transmilenio por la 68.
De igual manera, tienen adjudicados dos tramos del corredor del Transmilenio de la 13: uno por más de 477 mil millones y otro de más de 499 mil millones. Sin anotar que la empresa también tiene adjudicados 73.800 millones para obras civiles del Metro de Bogotá, entre otros.
La pregunta es: ¿Quiénes son los dueños de Conconcreto? Esta es una empresa antioqueña, con sede principal en Medellín, fundada en 1961 por la Familia Aristizábal. Como se puede adivinar, su principal actividad es la construcción de infraestructura de todo tipo, edificaciones y demás. Eso sí, con una inclinación importante por el sector público y no solo en Colombia, pues tiene también actividad en otros países de Latinoamérica.
Actualmente, la mayoría de accionistas de Conconcreto son empresas creadas por los Aristizábal para algunas concesiones específicas. Por lo que, de entrada, se puede concluir que se trata de una de las familias contratistas más ricas y poderosas de todo Colombia.