El mundial de Catar 2022 ha brillado tanto por ser el regreso del máximo encuentro futbolístico, como por la difícil situación que muy probablemente se vivirá por cuenta de los choques culturales. Deferencia que, en las últimas semanas, ha puesto la lupa sobre la situación de derechos humanos en dicho país frente a poblaciones como la comunidad LGBTIQ+ o las restricciones excesivas a la prensa.
Todo esto ha hecho, entre otras cosas, que artistas y estrellas de talla mundial le hayan dado un no rotundo a su participación en Catar. Dos de estas personalidades fueron colombianas, siendo noticia en los últimos días noticia que Shakira y J Balvin se hayan bajado del bus mundialista. Una decisión bastante fuerte teniendo en cuenta la plataforma que representa este encuentro deportivo para los artistas.
Para Shakira, de hecho, cantar en esta apertura de Catar hubiera significado su cuarto mundial, alcanzando el honor de ser la artista con más participaciones en este evento luego de Alemania 2006, Sudáfrica 2010 y Brasil 2014. Sin embargo, todo parece indicar que renunció a ese honor.
Lo mismo hizo J Balvin, quien renunció a su primer participación en un mundial. Su única aparición hasta el momento fue por cuenta de la camiseta con su cara que utilizó Nicky Jam en la clausura del mundial de Rusia 2018, justo para cantar su canción “X”.
No obstante, los colombianos están lejos de ser los únicos en haber sentado un precedente en contra del mundial de Catar. La primera en hacerlo fue la cantante británica Dua Lipa, quien sí dejó muy claro que no participará por la carencia de derechos humanos en el país anfitrión. Especialmente para la comunidad LGBTIQ+.
"Hay muchas especulaciones sobre mi presentación en la ceremonia inaugural del Mundial de Fútbol Qatar 2022. No voy a presentarme y no he tenido ninguna negociación para hacerlo. Estaré animando a Inglaterra desde lejos. Estoy deseando visitar Qatar cuando haya cumplido con todos los derechos humanos que prometió cuando se ganó el derecho a albergar el Mundial de Fútbol", fueron las palabras compartidas por la artista en sus redes sociales, generando una lluvia de apoyos a su favor.
Y la lista sigue, también registrando al cantante inglés Rod Stewart que, a sus 77 años, le aseguró al diario Sunday Times que rechazó tocar en el mundial por un millón de dólares porque no le parecía “correcto ir”: “Lo rechacé. No me parecía correcto ir. Y los iraníes también deberían dejar de suministrarles armas”, aseveró.
A eso le sigue el streamer Ibai Llanos, posiblemente uno de los más importante a nivel mundial, quien se volvió viral tras revelar que rechazó viajar con la Selección de España a Catar porque, simplemente, “no le salía de los cojones”.
“No iba a hacer directos, sino que iba a grabar contenidos, pero no me sale de los cojones y no lo voy a hacer. Tomé la decisión ya hace semanas (...) Todos sabemos lo que ha ocurrido en el Mundial de Qatar”, señaló el creador de contenido, refiriéndose a todo el escándalo de corrupción que ha girado en torno a la elección de Catar como sede.
Esta situación, se mantiene en otros escenarios por fuera del de los famosos. Por ejemplo, de acuerdo con una encuesta de la televisión pública de Alemania ARD, más del 56% de los ciudadanos encuestados no pretenden ver nada relacionado con el mundial y el 15% apenas se concentrará en algunos partidos. Algo que alcanzó cierto grado de popularidad en Europa, sobre todo tras las declaraciones homófobas que se han dado por parte de las autoridades cataríes.
De hecho, la Asociación de Lesbianas y Homosexuales de Alemania, continúa presionando para que el gobierno de su país recomiende no viajar a Catar y evite enviar representantes diplomáticos. Mismo boicot que se propone en diferentes naciones, aunque aún queda esperar en la práctica qué efectos llega a tener.
Las libertades a días de empezar el mundial de Catar
Al final, todo lo que tiene que ver con temas de libertades en Catar ha despertado un profundo debate sobre lo que puede llegar a suceder una vez lleguen todos los turistas a este país y empiece la fiesta del fútbol, ya que parece que Catar no estaría dispuesto a cumplir con su compromiso de respetar los derechos humanos. De hecho, en las últimas horas explícitamente le prohibieron a Dinamarca competir con camisetas que hicieran alusión a los derechos humanos.
Aunque en un principio los propios organizadores del mundial dijeron que todas las personas serán tratadas con igualdad y podrán hacer “todo lo que cualquier humano puede hacer”, lo cierto es que a pocos días del encuentro futbolístico ya son varias las señales que indicarían todo lo contrario.
Una de ellas, se extiende a una declaración de hace ya un tiempo del portavoz de Catar 2022, Nasser Al-Khater, que aseguró públicamente que quien lleve una bandera de la comunidad “será arrestado por 7 u 11 años”, pidiendo que respetaran la religión islámica que rige en el país.
Lo cierto es que esta no es la única norma que deberán acatar los asistentes al mundial de fútbol, ya que tampoco podrán tener sexo extramatrimonial, demostraciones de afecto en público o festejar con alcohol. Cualquiera de estos comportamientos podría acarrear problemas legales en dicho país, que ha señalado no estar dispuesto en cambiar nada de su cultura en los pocos días de fútbol.
A eso habría que sumar el escenario poco amigable que desde ya se prevé para la prensa internacional, que ya cuenta varios casos de intervenciones arbitrarias en plena grabación (a pesar de que cuentan con un supuesto permiso oficial de la FIFA para grabar en cualquier parte de Doha). Así lo denunció, por ejemplo, un periodista de Gol Caracol que aseguró no haber podido grabar nada en la ciudad hasta el momento.
Otro caso, involucró a la prensa danesa de televisión, que en pleno en vivo fue interceptada por varios hombres y autoridades de Catar que detuvieron la reportería que estaban haciendo los periodistas. Un video que le ha dado la vuelta al mundo y que de hecho ya generó una disculpa pública por parte de las autoridades cataríes.
Sin embargo, todo ello podría ser apenas el abrebocas de uno de los mundiales con más encontronazos entre los asistentes y las autoridades, por cuenta de diferencias culturales que en su momento parecen no haber sido prioridad para la FIFA, que se limitó a señalar que no habrían hecho el mundial allí si Catar no se hubiese comprometido con unos “mínimos” de derechos humanos.