Ante el aparente desgaste que ha sufrido la imagen de Juan Manuel Santos en los últimos días, con escándalos que parecen estar golpeando con más fuerza al candidato a la reelección que a sus contrincantes, la campaña de la Unidad Nacional decidió ubicar en el ajedrez a una ficha que los proteja del jaque.
El oficialismo puso en el tablero a batallar a un expresidente contra otro expresidente. Horas después de conocerse que el nuevo jefe de debate de la campaña Santos sería César Gaviria Trujillo, exmandatario liberal entre 1990 y 1994, el mismo escudero descargó sus municiones contra el expresidente Álvaro Uribe, espadachín de Óscar Iván Zuluaga en los últimos días.
“Uribe es un mentiroso (…) Uribe no tiene ni el coraje de presentar las pruebas (…) Eso es infame y perverso (…) Los colombianos tienen derecho, cuando vayan a la primera vuelta, saber si el presidente Uribe sí tiene pruebas o no, o si hizo una acusación temeraria y falsa”. Así arreció Gaviria en su llamado a la prensa para tratar de increpar a su contrincante.
La vehemencia no es para menos. Desde la semana pasada, Santos se ha desgastado enfrentando las acusaciones y escándalos que produjo la denuncia de que su estratega de campaña, J.J. Rendon, se habría beneficiado de dineros del narcotráfico.
Pareció un alivio que los días siguientes se conociera que la campaña de Óscar Iván Zuluaga había contratado a un presunto hacker que tendría información contra el proceso de paz en La Habana. En los medios, esta denuncia pareció tener más eco.
Pero entró en la escena Álvaro Uribe con una denuncia, en la que aseguraba que parte del dinero que el narcotráfico supuestamente había entregado a Rendón había ido a parar a las cuentas de la campaña Santos. La denuncia alborotó el avispero.
La campaña oficialista trató de reaccionar exigiendo a Uribe las pruebas. También intervino la Fiscalía, cuyo ruido hizo pronto olvidar el escándalo de Óscar Iván Zuluaga y alentar las suspicacias sobre un nuevo “proceso 8.000” que involucraría al actual presidente.
Esta semana la atención se centró en Uribe, ya no en Zuluaga, y su negativa de comparecer ante la Fiscalía. Uribe aprovechaba su propio ruido para arremeter contra Santos, y a considerar su influencia en la opinión, logró lo que hasta hace un par de semanas sonaba impensable: las encuestas hablan de empates técnicos en primera vuelta, y la derrota de la reelección en la segunda.
No había tiempo de seguir exponiendo al candidato Santos al bombardeo de Uribe, quien al tiempo cuidaba evitar que Zuluaga apareciera en la pelea. El santismo decidió buscarle un gallo similar y encontraron a César Gaviria.
El ‘gallo’ de Santos
Gaviria se convierte en el urgente escudero de la campaña reeleccionista luego de que hasta hace un día esa figura estuviera descartada. Hasta comienzos de año se estimaba que el careo de ideas lo iba a encabezar Germán Vargas Lleras. Sin embargo, tras su inscripción como candidato vicepresidencial, el exministro debió encargarse más de recorridos nacionales que exposición de ideas.
Entre tanto, sus alfiles siguieron siendo los directivos de la fundación Buen Gobierno, entre ellos Juan Mesa, el general (r) Óscar Naranjo, María Emma Mejía, Gabriel Silva. Pero en las crisis públicas no se requería de su actuación, porque el mismo candidato-presidente las sorteaba. Lo cierto es que quizá no imaginaban el alcance de la artillería uribista, cuya onda expansiva se llevó incluso a los líderes de los partidos de la Unidad Nacional, (Simón Gaviria, Carlos Fernando Galán, Juan Fernando Cristo), quienes en vano trataron de lidiar al expresidente Uribe y aminorar sus cuestionamientos.
César Gaviria aparece en la escena buscando desviar la atención de Uribe hacia él. Hasta ahora, el jefe del Centro Democrático no ha respondido a su homólogo liberal en espera de evaluar cual jugada le conviene más para amedrentar la campaña contrincante.
Zuluaga, bien protegido
Oficialmente el candidato del Centro Democrático tiene como jefe de debate, desde hace menos de un mes, al exvicepresidente Francisco Santos. El ingreso de ‘Pacho’ a la campaña opositora fue una sorpresa, porque hasta el primer trimestre de 2014 no estaba interesado en apoyar a Zuluaga, quien le arrebató hace seis meses la oportunidad de ser el candidato presidencial del uribismo.
Las asperezas empezaron a limarse desde marzo. Poco antes, ‘Pacho’ Santos había hecho guiños a la candidatura de Marta Lucía Ramírez, pero finalmente regresó al uribismo como el hijo pródigo.
El anuncio se dio el 6 de mayo. “La espuma bajó hace rato. Llevamos hablando más de dos meses (…) el corazón de Francisco Santos siempre ha sido uribista”, dijo el recién nombrado jefe de debate, que inició su gestión haciendo duros pronunciamientos contra su primo, el candidato a la reelección, e incluso con un video en el que aseguraba: “Espero verlo en las reuniones familiares, no quiero verlo en la Casa de Nariño después del 7 de agosto”.
Pero Francisco Santos no logró contener el ruido por el escándalo de presunto hacking y espionaje que ensombreció a Zuluaga. Entonces ingresó a la pelea un verdadero ‘peso pesado’. Álvaro Uribe produjo un nuevo escándalo que sirvió para eximir al candidato Zuluaga de la palestra, y en cambio fijar las críticas contra Santos. Uribe, quien recibió constantes cuestionamientos por su negativa de entregar pruebas de sus denuncias a la Fiscalía, no ha salido lesionado de la polémica y electoralmente no tiene mucho que perder: ya es senador electo.
En Uribe y Santos se ha concentrado esta enrarecida campaña que carece de debates y en cambio se enfoca en hechos indecorosos que mutuamente se achacan el expresidente y el presidente en ejercicio.
Dos ‘centrados’ en la campaña de Enrique Peñalosa
Desde que el candidato de la Alianza Verde nombró a Claudia López como coordinadora política y programática de su campaña, dejó ver que quería desligarse del uribismo y del santismo por igual. López, también senadora electa, se perfiló como un arma poderosa del discurso debido a su influencia en la opinión y sus tajantes posiciones frente al desprestigio de la clase política.
Se pensó que había entrado al círculo de su jefatura de debate el exalcalde de Medellín Alonso Salazar. Quedó claro que el debate de Peñalosa estaba en el centro. Sin embargo el exmandatario declinó involucrarse directamente en esa campaña, y se supo que de estos dos alfiles de quien más fuerza procuraría en los medios sería la senadora López. Ella se hizo sentir especialmente cuando se supo que Gustavo Petro y sectores de los Progresistas se adherían a la reelección.
“No traten de pasar burda compraventa 'me salvan pellejo y a cambio voto por ti' como apoyo desinteresado a la paz”, dijo la líder sobre la alianza cuestionada porque Gustavo Petro pertenecía a la Alianza Verde, luego de pactar una fusión con Progresistas, y ahora daba la espalda a dicho acuerdo.
Las candidatas, aunque con apoyo, encaran sus propios debates
Tanto la aspirante por el Polo Democrático, Clara López, como la conservadora Marta Lucía Ramírez, han aparecido durante su campaña en defensa propia de sus ideas y encarando sus debates sin intermediarios.
Por las formalidades, en la campaña de Marta Lucía Ramírez indican que el jefe de debate es el candidato a la vicepresidencia Camilo Gómez. Entendido está que las labores de campaña vicepresidencial pueden reducir la posibilidad de encarar enfrentamientos públicos, defensas de la candidata y arremetidas a los contrincantes.
Incluso, en momentos iniciales de la campaña se pensó en el representante a la Cámara, David Barguil, como el posible encargado de esta tarea, pero la labor legislativa le restaría tiempo.
Del lado de la candidata del Polo, Clara López, destacan la asesoría de estrategas políticos como Alberto Cienfuegos y la jefatura de debate que lidera Jaime Dussán. Dussán ha acompañado a Clara López en varias de sus giras de campaña y sirve como orador en plaza pública. Él fue previamente presidente del Polo Democrático Alternativo y senador de la República.
Pero en general, en esta campaña las mujeres que aspiran a llegar al Palacio de Nariño han encarado ellas mismas los debates, acompañadas de sus fórmulas vicepresidenciales y procurando ser, en persona, las que le cuenten a sus electores sus propuestas y diferencias con el resto de contrincantes.
Twitter: @david_baracaldo
Los escuderos que defienden a los candidatos presidenciales
Sáb, 17/05/2014 - 03:31
Ante el aparente desgaste que ha sufrido la imagen de Juan Manuel Santos en los últimos días, con escándalos que parecen estar golpeando con más fuerza al candidato a la reelección que a sus con