La contaminación acústica se ha convertido en un tema de preocupación creciente en Colombia, con el 70% de los reportes recibidos en la línea 123 relacionados con quejas por ruido excesivo. Esta situación ha llevado al representante Daniel Carvalho a impulsar una ley que busca poner fin a los inconvenientes ocasionados por “vecinos fiesteros” y reducir la contaminación auditiva en las calles. La propuesta está a un solo paso de ser aprobada, tras un último debate en el Senado de la República.
Carvalho destacó que el ruido molesto afecta a los colombianos en todas las ciudades, pero es especialmente problemático en los centros urbanos y zonas residenciales. Informes de la Red Colombiana de Ciudades Cómo Vamos revelan que las ciudades más ruidosas del país, como Bogotá, Medellín, Cali y Cartagena, enfrentan niveles de ruido que descontentan a sus habitantes. Un 61% de los bogotanos expresan insatisfacción con el nivel de ruido en la capital, mientras que en Medellín y el Valle de Aburrá, el 48% considera el ruido como un problema ambiental prioritario. En Cartagena, las quejas por ruido han aumentado un alarmante 80%.
"Esta ley es muy importante porque le va a dar a las autoridades las herramientas para poder combatir un problema que se ha convertido en un tema de salud pública y de convivencia", afirmó Carvalho. Subrayó que el ruido no solo genera conflictos entre vecinos, sino que también afecta la salud mental y física de las personas. Según la Organización Mundial de la Salud, la contaminación acústica puede desencadenar una serie de problemas, incluyendo sordera, estrés, ansiedad, presión arterial alta y trastornos del sueño.
El proyecto de ley, que ha generado un amplio debate en la opinión pública, tiene como objetivo equipar a las autoridades con herramientas efectivas para gestionar el ruido en las ciudades, promoviendo una convivencia más armónica y saludable. Los ciudadanos esperan que esta medida contribuya a mejorar la calidad de vida y el bienestar general en sus comunidades.
Con un último debate en el Senado pendiente, la legislación anti ruido podría convertirse en una realidad que transforme la manera en que los colombianos experimentan su entorno urbano. La presión por un ambiente más silencioso y saludable parece estar en el horizonte, marcando un paso importante hacia la mejora de la convivencia ciudadana.