Karoline Leavitt, secretaria de prensa de la Casa Blanca y asistente de Donald Trump, lanzó un comunicado en el que comunica una buena noticia para Israel, pues el nuevo presidente de Estados Unidos logró la liberación de cuatro rehenes israelíes que estaban en manos de Hamás.
En el escrito, Leavitt empezó diciendo: "Hoy el mundo celebra que el presidente Trump aseguró la liberación de cuatro rehenes israelíes más que estuvieron, por mucho tiempo, retenidos en contra de su voluntad por Hamas en condiciones terribles".
Vale recordar que, en el fragor de las tensiones que asolan Oriente Medio, las palabras de Donald Trump en un debate presidencial resonaron con fuerza: “Puedo detener las guerras con una llamada telefónica”. La declaración fue vista por muchos como una muestra de su característico exceso de confianza, una postura que a menudo fue interpretada como un gesto de autopromoción. Sin embargo, pocos días antes de asumir oficialmente la presidencia de Estados Unidos, el magnate de los negocios demostró que su capacidad de influir en el escenario internacional podría ser más que una simple declaración.
Una semana antes de la toma de posesión de Trump, el mundo fue testigo de una noticia inesperada: tras meses de intensas negociaciones y la intervención decisiva de Estados Unidos, Israel y Hamás firmaron un acuerdo histórico para poner en pausa las hostilidades en el conflicto que ha devastado Gaza y otras zonas de la región desde octubre de 2023. Este cese al fuego, que marca un respiro en una guerra que ya ha cobrado más de 46,000 vidas, fue visto por muchos como un logro significativo, con Trump jugando un papel inesperado en la mediación.
A lo largo de su carrera, Trump ha sido un firme aliado de Israel. Durante su primer mandato, tomó decisiones como el traslado de la embajada estadounidense a Jerusalén, un movimiento que no solo consolidó su apoyo al Estado judío, sino que también alteró el equilibrio diplomático en la región. Sin embargo, tras el brutal ataque de Hamás del 7 de octubre, que dejó al mundo en shock, Trump reforzó aún más su apoyo a Israel, prometiendo una intervención firme y directa en caso de que la situación no mejorara.
La tensión alcanzó su punto máximo a finales de 2024, cuando Trump, ya presidente electo, amenazó con "desatar el infierno" si Hamás no liberaba a los rehenes israelíes, una declaración que anticipaba una acción contundente. Apenas días después, la noticia de un acuerdo de cese al fuego sorprendió al mundo. Sin embargo, la realidad es que detrás de este acuerdo había una diplomacia activa y contundente por parte de Trump, quien utilizó su influencia para forzar un avance.
Según varios informes, la intervención de Trump fue clave. Aunque el Gobierno de Joe Biden también jugó un papel importante en las negociaciones, medios como The Washington Post sugirieron que fue el emisario de Trump, Steve Witkoff, quien presionó directamente al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu para que aceptara el acuerdo. A pesar de la resistencia inicial de Netanyahu, Witkoff logró convencerlo en una reunión personal, que, aunque se celebró durante el shabat, resultó en la firma del pacto de cese al fuego.
El medio israelí Haaretz destacó la intensidad de la intervención, describiendo el encuentro entre Witkoff y Netanyahu como "agresivo", e incluso mencionando que el emisario de Trump jugó un papel crucial en la reconfiguración del panorama diplomático. Aunque el Gobierno israelí ha tratado de restar importancia al papel de Trump, la realidad es que sin su presión directa, el acuerdo podría haber tardado mucho más tiempo en materializarse.
El impacto de Trump como mediador no pasó desapercibido para organismos internacionales. António Guterres, secretario general de la ONU, reconoció la importancia de la intervención del presidente electo, señalando que antes de su acción diplomática, las negociaciones se encontraban estancadas. "De repente ocurrió", afirmó Guterres, destacando el cambio significativo en la dinámica de las negociaciones tras la intervención de Trump.
Por su parte, Netanyahu no pareció sentirse presionado por Trump, sino respaldado. En un discurso emitido horas antes del inicio del cese al fuego, el primer ministro israelí destacó que, a pesar de la tregua, Israel seguía comprometido con sus objetivos, especialmente en lo que respecta a la liberación de los rehenes. "Si debemos volver a luchar, lo haremos de maneras nuevas y contundentes", aseguró Netanyahu, dejando claro que la campaña de Israel en Gaza no había terminado.
