
Cuatro décadas atrás, hablar del VIH era hablar de miedo, estigma y muerte. Hoy, aunque el virus sigue presente, el panorama es radicalmente distinto. Gracias a los avances médicos, científicos y sociales, vivir con VIH ya no significa una sentencia fatal, sino una condición tratable y controlable. Así lo recuerda Profamilia, a través de un llamado urgente a la información, la prevención y la eliminación del estigma que aún persiste.
De los inicios al presente: lo que ha cambiado
El Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) fue identificado en 1981 en Estados Unidos. En aquella década, la falta de información, el acceso limitado a diagnósticos y la inexistencia de tratamientos efectivos causaron una crisis global que dejó millones de muertes.
Hoy, la realidad es otra. Aunque el VIH no tiene cura, sí puede controlarse con medicamentos antirretrovirales. Y si el virus no se detecta en la sangre, no se transmite. Este principio conocido como "Indetectable = Intransmisible (I=I)" es una de las transformaciones más importantes en la lucha contra esta infección.
“El estigma y la discriminación a veces hacen más daño que el mismo virus,” afirma Jesús Jalabe, médico líder del programa PrEP de Profamilia. “Un diagnóstico ya no debe verse como una condena, sino como un paso hacia la salud.”
¿Qué es el VIH y cómo se transmite?
Una de las grandes confusiones aún vigentes es la diferencia entre VIH y SIDA. El primero es el virus; el segundo, una etapa avanzada de la infección. Gracias a los tratamientos actuales, muchas personas con VIH nunca desarrollan SIDA.
Las vías de transmisión siguen siendo las mismas: relaciones sexuales sin condón, intercambio de agujas, o transmisión vertical durante el embarazo, parto o lactancia. Y no, no se transmite por besos, abrazos ni por compartir objetos personales.
Diagnóstico a tiempo: el primer paso para salvar vidas
A diferencia de los años 80, hoy existen pruebas rápidas, gratuitas y eficaces para detectar el virus. Profamilia ofrece tres opciones:
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Prueba rápida: Resultado en 20 minutos. Ideal para quienes buscan una respuesta rápida y confidencial.
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Pruebas de tercera y cuarta generación: Mayor sensibilidad, detectan anticuerpos y el antígeno P24.
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Diagnóstico temprano = tratamiento temprano, y eso marca la diferencia entre vivir con miedo y vivir con salud.
PrEP y PEP: prevención que salva
La ciencia también ha avanzado en prevención con dos herramientas clave:
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PrEP (profilaxis preexposición): Una pastilla que se toma antes de tener relaciones sexuales y reduce el riesgo de adquirir el VIH.
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PEP (profilaxis posexposición): Tratamiento de emergencia que debe iniciarse en las 72 horas siguientes a una relación sexual de riesgo.
Ambas estrategias están disponibles en Profamilia y forman parte de su compromiso con una sexualidad libre e informada.
El papel de Profamilia en la lucha contra el VIH
En 2024, Profamilia atendió a más de 98.700 personas en servicios relacionados con infecciones de transmisión sexual. Sus clínicas brindan atención médica especializada, pruebas diagnósticas, acompañamiento psicológico y acceso gratuito a tratamientos de prevención como la PrEP.
“Hablar sin miedo, informarnos sin prejuicios, y cuidarnos sin culpa es también una forma de vivir libremente nuestra sexualidad,” concluye Jalabe.
¿Dónde acceder a los servicios?
Profamilia tiene presencia en más de 50 clínicas a nivel nacional, y también ofrece atención a través de sus canales de contacto:
- Línea telefónica: 300 912 4560
- WhatsApp: 318 531 0121