Los perros pug o también carlinos o doguillos, entre tantas cosas, son conocidos por la salud crítica o compleja en la que se pueden llegar a encontrar con el paso de los años, ya sean por problemas respiratorios o vertebrales.
La raza de estos animales se asocia a los bulldog o los bóxer por su aspecto físico similar, pues tienen una nariz achatada, una de sus características más distintivas, pero que también hace parte de una de las razones por las que presentan dificultades en su salud.
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Dan O'Neill, profesor asociado de epidemiología de animales y autor principal del nuevo estudio realizado por el Real Colegio Veterinario de Reino Unido dice que: "Ahora sabemos que varios problemas de salud graves están relacionados con la forma extrema del cuerpo de los pugs que muchos humanos encuentran tan atractiva".
Esta investigación revela que los perros pug no deberían ser considerados como “perros típicos” desde una visión de la salud, ya que: "Tienen casi el doble de probabilidades de experimentar uno o más trastornos al año en comparación con otros perros".
Asimismo, El Tiempo dice que: “Son más propensos a sufrir de 23 trastornos diferentes como el síndrome de obstrucción de las vías respiratorias (por la conformación anatómica de la cabeza y por la estrechez de las fosas nasales), problemas oculares (causadas por los ojos saltones y los párpados cortos), infecciones en la piel (debidas a los pliegues), malformaciones de las patas, obesidad e incluso problemas en las vértebras finales (por la forma enroscada de la cola)”.
Además, agrega que: “Todo esto hace que desde muy pequeños tengan visitas más frecuentes al consultorio veterinario, sean sometidos a cirugías con mayor frecuencia y sufran accidentes por dificultad respiratoria o golpe de calor; lo que, además, les otorga una menor esperanza de vida (de 10 a 14 años, aproximadamente)”, esto en base a la misma investigación.
Una de las iniciativas para que la tasa de mortalidad de esta raza no aumente, es que se deje de sacar crías y que las personas no sigan siendo partícipes de esto, comprándolos o adoptándolos, ya que estos animales sufren a lo largo de los años e incluso en su adultez.