Bogotá cada vez va aumentando más su potencial como epicentro cultural, la pandemia ayudó a reactivar el interés de los bogotanos y los visitantes en salir y explorar las diversas propuestas de la gran ciudad. Una muestra perfecta de esto es el Centro Cultural La Rossa, ubicado en el corazón de uno de los barrios más destacados dentro de esta cena, Teusaquillo.
Este espacio es interdisciplinario, pues allí convergen el cine, el yoga, la danza y más. Este es un sueño de sus fundadores, Rossana Montoya y Hans Fresen, que creen firmemente en que la capital colombiana tiene mucho por ofrecer y que vale toda la pena del mundo propulsar ese talento que se cocina a fuego alto y que pocos conocen.
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KienyKe.com conversó con Fresen, para conocer todos los detalles de este centro cultural que, además, recientemente inauguró su parte gastronómica, algo que les ha ayudado a darse a conocer aún más.
KienyKe.com: ¿Cómo fue la sensación de ver este sueño materializado?
Hans Fresen: Lo más emocionante fue ir imaginando que en un espacio, que era una bodega, que no era nada, se podía transformar en un lugar donde se iban a hacer conciertos, iban a hacer obras de teatro, se iban a hacer proyecciones. Nosotros hacemos cine y también a futuro pensamos que esto mismo se puede transformar en un centro cultural, con un cine donde podamos proyectar no solo nuestras películas, sino las películas que se hacen en la ciudad y las que se hacen en el país. Nos emocionaba pensar que de la nada podíamos transformar este este espacio en un lugar en donde el arte pudiera tener un espacio.
Vea aquí la entrevista completa con Hans Freses de La Rossa Centro Cultural
KyK: ¿Qué nos pueden decir sobre esa propuesta diferencial que tienen?
HF: En medio de la pandemia estábamos muy mal económicamente, en mi familia estábamos viendo qué hacer, y Rossana, que es la otra socia fundadora de La Rossa, siempre había tenido este sueño de tener una casa cultural y de reunir distintas disciplinas. Yo vivía en Argentina antes y solía ir a muchas casas culturales, siempre me gustó, y cuando surgió esta esta manera de salir de la pandemia desde el arte empezamos a meterle trabajo. Le presentamos el proyecto a un inversionista que nos ayudó. Llevamos un año de actividad cultural y llevamos cuatro meses de actividad gastronómica acá en el café.
KyK: ¿Cómo ha sido ese proceso con la parte gastronómica?
HF: Se ha vuelto un lugar donde se pueden explorar posibilidades culturales alrededor de la gastronomía, por suerte llegó Yoli (Jefe de cocina), que tiene muchísima experiencia en la parte gastronómica. Ella fabricaba las mayonesas artesanales que nosotros vendemos, el dueño de ese emprendimiento la recomendó y ella vino. Este es un sector donde se mueve mucho el almuerzo ejecutivo, entonces lo que intentamos hacer con el almuerzo ejecutivo es que sea un almuerzo como de la casa, muy sano, fresco, hecho en el día. Todos los días nos inventamos un plato nuevo.
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KyK: ¿Cómo es la curaduría de los proyectos que entran al centro?
HF: Rossana tiene compañeros con los que ha hecho cosas, entonces de repente se les ocurre algo, lo charlamos, yo también por mi lado, por ejemplo, yo le estoy produciendo una película al hermano del artista, entonces el hermano me dijo: ‘oye, mi hermana hace unos cuadros muy buenos’, y cuando la conocí me di cuenta que también era animadora. Nos gusta el trabajo artístico y la propuesta la cogemos y si no, tampoco es como que si no nos gusta no la cogemos, y no, vemos de qué forma puede habitar, es un espacio donde la gente puede expresar. Queremos hacer un evento de micrófono abierto, apoyado por músicos, por artistas, entonces vemos la forma en la que se puede hacer siempre, como que si viene alguien y nos propone algo trabajamos para que se haga, que le funcione a la casa, que le funcione artísticamente, pero también le funcione monetariamente a la casa y al artista.