Comúnmente conocida por sus siglas I.R.A, las Infecciones Respiratorias Agudas son un grupo de enfermedades causadas por virus y bacterias que se generan en el aparato respiratorio.
Estas afecciones, que duran aproximadamente dos semanas, son las más comunes a nivel mundial y normalmente no suelen representar un riesgo para las personas. Sin embargo, la recuperación depende del estado general del paciente y los cuidados que este tenga. De no ser así, podría complicarse y desarrollar neumonías que amenazan la salud.
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Los pacientes más propensos a desarrollar la I.R.A son los niños menores de 5 años. Por ello, si el menor presenta resfriados es importante que sus parientes elaboren un plan de cuidado donde se priorice la hidratación, se mantenga las fosas nasales limpias mediante lavados con suero fisiológico y se ofrezca una dieta nutricional con proteínas magras, frutas y verduras.
Algunos de los signos de alarma que pueden indicar una I.R.A son:
- Hundimiento de las costillas al respirar.
- Respiración rápida.
- Silbidos al respirar.
- Fiebre que no ceda al administrar medicamentos.
- Decaimiento y somnolencia.
- Convulsiones.
- Irritabilidad.
- Falta o interés nulo de apetito.
Si presencia uno o más de estos síntomas en el pequeño, recurra inmediatamente a su IPS más cercana.
¿Qué medidas preventivas tomar?
En caso de sospechar la presencia de una I.R.A en el niño, es clave evitar el contacto preferiblemente con personas que tengan señales de gripa y fumadores. También es recomendable el lavado de manos constante y evitar cambios bruscos de temperatura.
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Por último, si el bebé tiene menos de 6 meses, en lo posible aliméntelo con lactancia materna exclusiva.