Los fetiches sexuales son objetos físicos que se usan para incrementar la pasión y la excitación del momento, ¿pero son hereditarios o se desarrollan con el tiempo?, esta incógnita poco suele hacerse, sin embargo genera gran inquietud.
A lo largo del tiempo ningún estudio hecho por expertos ha podido verificar de donde provienen los fetiches, que en la mayoría de los casos se apodera del control de la persona, lo que hace que no pueda evitarlo a la hora de siempre tener relaciones sexuales.
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Por eso, hasta el momento, se desconoce el nacimiento del fetiche de preferencia que la persona tiene, sin embargo hay rasgos que sí pueden llegar a definir estos gustos particulares sobre una persona.
Por ejemplo, lo que sí se ha demostrado es que estos fetiches pueden definir algunas actitudes de la personalidad.
El portal ‘Más que salud’ afirma que: “Aunque la personalidad de cada uno de nosotros está altamente influenciada por el ambiente que nos rodea cuando se forma, muchos estudios han puesto de relieve que determinados rasgos de ella son hasta cierto punto heredados”
Termina de agregar que: “Si los individuos nacemos con una determinada tendencia heredada a presentar un determinado rasgo (por ejemplo la introspección y timidez), ello podría también explicar por qué algunas personas con ciertos rasgos de carácter desarrollan más que otras personas una eventual tendencia al fetichismo”.
Los profesionales indican que, todo apunta a que seguramente los fetiches van naciendo con el paso del tiempo al momento de cada vez ir experimentando en el mundo sexual, pues aquellas cosas que hacen que el placer se intensifique se vuelve objeto recurrente en la práctica y esto se obtiene con el paso de la vida al conocerlos.
Muchas personas se intimidan al momento de hablar de ellas, tema que debería ser normal hablarlo y vivirlo, pues aunque la sociedad ha ido dejando atrás este hecho, aún existe en la sociedad personas que lo consideran un tabú.
Óscar Rodrigo, experto en sexología, explica que las fantasías sexuales son: "Recreación imaginaria de una situación sexual que nos sobreexcita y que, en general, nos proporciona mayor placer que la práctica de otros actos".
Además, enfatiza en que estos gustos no tienen ninguna trascendencia, por lo que no debería considerarse algo malo o mal visto, asimismo dice que la edad o el género no tiene nada que ver en estas preferencias.