En una generación inmersa en tecnología innovadora y enfocada en brindar transformación a nuevas formas de comunicación, a menudo se expone a que estas generen repercusiones en la salud, e incluso en la sexualidad.
A lo largo del tiempo, expertos en el tema se han esforzado por responder a preguntas específicas, como si las radiaciones de los dispositivos móviles afectarían la calidad del semen.
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Fue la Universidad de Ginegra que en medio de una investigación realizada por un estudio de científicos en un periodo de más de 10 años y con un promedio de 2.800 hombres, demuestra que el uso prolongado del teléfono móvil reduce hasta en un 20% la concentración de espermatozoides afectando a la calidad de semen de los hombres.
Hecho que fue corroborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), al revelar que existe la probabilidad de que un hombre tarde más de un año en concebir un hijo si su concentración de espermatozoides es inferior a 15 millones por mililitro.
¿Ha disminuido la calidad del semen?
De acuerdo con el portal digital 'SER' son diversos los estudios han demostrado que la calidad del semen ha disminuido en los últimos cincuenta años.
"Los científicos aseguran que este fenómeno es el resultado de una combinación de factores ambientales (como el uso de pesticidas o la radiación) y hábitos de vida, como la dieta, el consumo de alcohol, el estrés y el tabaquismo".
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¿Qué impacto tiene la radiación en la sexualidad?
La Universidad de Ginebra, en colaboración con el Instituto Suizo de Salud Pública y Tropical (Swiss TPH), estudiaron la asociación entre los factores que atribuyen a la deficiendia de la calidad del semen de 2.886 hombres.
"Los hombres completaron un cuestionario detallado relacionado con sus hábitos de vida, su estado de salud general y, más específicamente, la frecuencia con la que usaban sus teléfonos, así como dónde los colocaban cuando no estaban en uso", explica Serge Nef, profesor titular del Departamento de Medicina Genética y Desarrollo de la Facultad de Medicina de UNIGE y del SCAHT, el Centro Suizo de Toxicología Humana Aplicada, quienes codirigieron el estudio.