Con octubre llega la temporada de Halloween, y los colombianos no escatiman en gastos para celebrarlo. Lo que alguna vez fue una festividad principalmente infantil ha evolucionado en una ocasión donde todas las generaciones encuentran su propia manera de celebrar, desde los disfraces hasta las decoraciones y las reuniones temáticas. Esta tendencia ha transformado Halloween en un fenómeno económico que impulsa sectores variados, especialmente el comercio y el entretenimiento.
Según un estudio de People Media, el gasto promedio de cada colombiano durante esta festividad alcanza los $103,000 COP. Este desembolso se distribuye principalmente en disfraces (41%), seguidos por decoración (34%), accesorios (16%) y dulces (9%). Este gasto refleja no solo el entusiasmo, sino también el impacto que Halloween tiene en la economía, donde una serie de productos y servicios ven un auge significativo.
En este contexto, los disfraces y el maquillaje lideran las ventas, pues para muchos, Halloween no está completo sin una transformación total. Tanto niños como adultos aprovechan la oportunidad para vestirse de sus personajes favoritos de películas y series, y los disfraces para mascotas también han cobrado popularidad. Decorar los hogares y negocios se ha vuelto igualmente importante, ya que la decoración de Halloween se ha convertido en una tendencia que destaca en redes sociales, alimentando el entusiasmo por compartir y mostrar los espacios temáticos.
Millennials y Generación Z: los más entusiastas
El interés por Halloween varía según el grupo generacional, y los Millennials y la Generación Z son quienes lideran el gasto en esta festividad. Los Millennials suelen combinar lo tradicional con lo moderno, y a menudo adquieren disfraces y decoraciones en plataformas digitales, en busca de recrear experiencias que recuerden su niñez. Por su parte, los jóvenes de la Generación Z son quienes muestran mayor actividad en redes sociales, utilizando filtros y efectos especiales en fotos y videos para destacar sus disfraces y, en muchos casos, optan por alternativas sostenibles.
A diferencia de estas generaciones, la Generación X celebra de manera nostálgica, integrando a la familia en actividades que recuerdan sus propias experiencias de infancia. Los Baby Boomers, aunque menos interesados en los disfraces, disfrutan decorando sus hogares y compartiendo en reuniones tranquilas, lo que también contribuye al aumento de la demanda de artículos de decoración y dulces.
Si bien Halloween es una festividad divertida y atractiva, también se ha convertido en un motor de la economía colombiana. Además de los disfraces y la decoración, los sectores de catering y dulces también registran un aumento en ventas. Cada vez más familias y empresas contratan servicios de catering para eventos temáticos, mientras que los dulces —tanto industriales como artesanales— son muy demandados para las celebraciones, especialmente por la tradición de salir a pedir dulces la noche del 31 de octubre.
La influencia de la cultura popular, impulsada por series, películas y música, ha hecho que Halloween sea una festividad global. En Colombia, la globalización ha permitido que esta tradición anglosajona arraigue cada vez más, integrándose a la vida cotidiana y creando nuevas tradiciones entre los colombianos.
Halloween en Colombia es más que una fecha para disfrazarse y pedir dulces; se ha transformado en un evento que dinamiza la economía nacional. Tanto el comercio como el entretenimiento encuentran en esta festividad una oportunidad para crecer, gracias al aumento en el consumo de productos y servicios específicos. Así, mientras los colombianos se preparan para sus celebraciones de Halloween, sectores como el comercio y los servicios aprovechan esta oportunidad para destacarse y ofrecer experiencias únicas en una fecha que, año tras año, se afianza en el calendario nacional.