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El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca trajo consigo movimientos estratégicos en su equipo de gobierno, y uno de los más llamativos ha sido el nombramiento de Karoline Leavitt como secretaria de prensa. Con 27 años, se convierte en la persona más joven en asumir este cargo en la historia de EE.UU.
Leavitt no es solo una comunicadora; es una figura clave en la nueva generación del trumpismo. Ha crecido políticamente bajo la influencia del expresidente y ha sabido posicionarse dentro de la maquinaria republicana.
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Su llegada a la Sala de Prensa de la Casa Blanca no es casualidad. Su ascenso ha sido meticuloso y estratégico. Pero, ¿quién es realmente la mujer que se ha convertido en la voz de Trump?
De la heladería familiar a la Casa Blanca
Karoline Leavitt nació el 24 de agosto de 1997 en Atkinson, Nuevo Hampshire, en una familia de clase media. Sus padres eran dueños de una heladería y un concesionario de camiones usados en la ciudad de Plaistow.
Desde joven mostró interés en la política y decidió estudiar comunicación y política en Saint Anselm College. Mientras la mayoría de sus compañeros universitarios simpatizaban con el progresismo, Leavitt defendía abiertamente a Trump. Escribía columnas apoyando sus políticas, criticaba a los medios tradicionales y fundó el primer club de radiodifusión del campus.
De pasante en la Casa Blanca a estratega de Trump
En 2019, Leavitt ingresó a la política nacional como pasante en la Oficina de Prensa de la Casa Blanca, bajo la administración Trump. Su desempeño la llevó rápidamente a convertirse en asistente de Kayleigh McEnany, quien en ese momento era la secretaria de prensa.
Con la salida de Trump en 2021, Leavitt no desapareció del radar republicano. Se convirtió en directora de comunicaciones de la congresista Elise Stefanik, una de las principales aliadas del expresidente en el Congreso.
En 2022 intentó dar el salto a la política electoral lanzándose al Congreso por Nuevo Hampshire. Aunque ganó la nominación republicana, perdió las elecciones generales ante el demócrata Chris Pappas. Sin embargo, esta derrota no frenó su ascenso, sino que la posicionó como una de las figuras emergentes del movimiento MAGA.
En 2024, se sumó al equipo de Trump como secretaria de prensa de su campaña presidencial, lo que la puso en la primera línea del regreso del expresidente a la Casa Blanca.
¿Qué esperar de su gestión como secretaria de prensa?
El nombramiento de Karoline Leavitt como secretaria de prensa de la Casa Blanca es una jugada estratégica. Su estilo es combativo, mediático y alineado con la línea dura del trumpismo.
🔹 Mayor acceso mediático: Ha prometido que Trump será más accesible a la prensa, marcando una diferencia con su primer mandato.
🔹 Estrategia digital: Ha anunciado que dará más acceso a influencers y creadores de contenido en redes sociales, reforzando la estrategia republicana de expandir su mensaje en plataformas digitales.
🔹 Relación con los medios tradicionales: Mantiene un tono crítico hacia la prensa, siguiendo la narrativa de Trump sobre los medios “deshonestos”.
Leavitt sigue el modelo de Sarah Huckabee Sanders y Kayleigh McEnany, pero con una diferencia clave: su ascenso ocurre en un momento donde el trumpismo ya no es un fenómeno emergente, sino una estructura consolidada dentro del Partido Republicano.
Vida personal y polémicas
En diciembre de 2023, Leavitt anunció su compromiso con Nicholas Riccio, un empresario inmobiliario 32 años mayor que ella. La relación ha generado comentarios, pero ella ha evitado entrar en polémicas al respecto.
En julio de 2024, tuvo a su primer hijo y, aunque inicialmente planeaba tomar una licencia de maternidad, regresó a sus funciones tras el intento de asesinato de Trump el 13 de julio de 2024.
¿Será la voz definitiva de Trump o una vocera de transición?
Karoline Leavitt representa la evolución del trumpismo: una generación más joven, digital y dispuesta a confrontar a la prensa y la oposición sin reservas.
Su mayor reto será manejar la narrativa mediática de un gobierno que genera reacciones polarizadas y consolidar su imagen como la portavoz principal de Trump.
Ahora, la gran pregunta es: ¿se convertirá en una de las figuras más influyentes del gobierno o su estilo directo la pondrá en la mira de la prensa y la oposición?