Este miércoles la Comisión Global de Política de Drogas hizo entrega de un informe titulado “La política de drogas en Colombia: el camino a una regulación justa”. La presentación del texto coincidió con lo que van siendo los primeros cien días de Gustavo Petro como presidente de Colombia y del sexto aniversario del Acuerdo con las Farc.
Al evento asistió el expresidente Juan Manuel Santos, quien aprovechó su intervención para hacer énfasis en la importancia de legalizar y regular el consumo de todas las sustancias psicoactivas en Colombia.
En eso coincidió con los planteamientos del presidente Petro, quien desde su discurso de posesión ha dicho que la guerra contra las drogas está perdida y que el camino más viable para el país es el de la legalización, trabajando mancomunadamente con Estados Unidos, uno de los principales consumidores de la droga que sale de Colombia.
El expresidente Juan Manuel Santos, quien es premio Nobel de Paz, dijo que “la regulación de las drogas es una forma de fortalecer las instituciones que se han visto debilitadas por la prohibición. Los costos de la ‘guerra contra las drogas’ se han detallado en numerosos informes de la Comisión Global de Política de Drogas.”
El cannabis o marihuana y la cocaína serían las primeras sustancias en entrar al debate dado que son los psicoactivos, después del alcohol, que más se consumen en Colombia.
En el texto de la comisión se habla específicamente de las afectaciones sociales que ha traído el fenómeno del narcotráfico, así como las crisis humanitarias que en un contexto de conflicto se han dado alrededor de la droga.
“Hasta el día de hoy, Colombia sigue experimentando una crisis humanitaria y de derechos humanos, pues su conflicto armado interno ha profundizado la desigualdad estructural y ha contribuido a que el país se convierta en líder en el cultivo y el tráfico de drogas. Dada la expansión de la producción ilegal de cocaína, la proliferación de actores armados no estatales, el asesinato de líderes sociales que han manifestado su apoyo al proceso de paz y a los programas de sustitución de cultivos, y el impacto negativo en la sociedad en general, así como los retos que la prohibición entraña para la consolidación de una paz duradera, la Comisión Global reitera que se necesita una profunda reforma sistémica”, se lee allí.
