La repentina muerte de la senadora Piedad Córdoba ha suscitado una serie de reflexiones en la política colombiana que arrojan luz sobre la complejidad de su trayectoria en la vida nacional. Una de esas ha sido la de Ingrid Betancourt, ex candidata presidencial que duró más de seis años secuestrada por la guerrilla de las Farc, quien asegura que Córdoba se fue dejando “deudas con ella misma y deudas con la verdad”.
La reflexión de la directora del Partido Verde Oxígeno gira en torno a la presunta incidencia de Piedad Córdoba para demorar su liberación, según asegura, a cambio de réditos políticos. Un episodio que es enfática en decir que la marcó profundamente ya que hubo un tiempo en el que consideraba que Piedad Córdoba y ella eran cercanas e incluso le agradeció por el apoyo que le dio a su madre durante el secuestro.
“A mí me secuestran y en los primeros años pensé que Piedad iba a abogar por mi libertad. Era como esa ilusión que yo tenía, que de alguna manera porque habíamos sido cercanas, iba a hacer algo por mí y finalmente no sucedió. Pasaron seis años y comienza a haber todo un movimiento internacional, el presidente de Francia comienza a activar la posibilidad de que haya un entendimiento con las Farc para que liberen a los secuestrados, entra Hugo Chávez y con Hugo Chávez entra Piedad Córdoba y se vuelve como una mediadora en todo este proceso y eso me ilusiona mucho”, cuenta Betancourt.
Vea la entrevista completa con Ingrid Betancourt:
La cercanía con Piedad Córdoba, relata, surgió en el Congreso de la República cuando las dos eran senadoras y lograron un fuerte compañerismo a pesar de estar en orillas políticas distintas. Tras su liberación, Piedad Córdoba era para Ingrid Betancourt una persona que había apoyado a su mamá en el proceso de buscar la liberación de su hija, sin embargo un día de golpe se enteró de lo que hasta hoy califica como una traición.
“Yo tenía la imagen de una mujer que nos había apoyado (...) Pasan los años y un día un amigo, un periodista, hablando de cosas de la vida, de Colombia, de la política y de las personas que conocíamos, sale el tema de Piedad Córdoba. Yo le digo que con Piedad tengo una bonita amistad, le decía que le agradecí mucho cómo se portó con mi mamá, y entonces me dice: ‘¿Pero tú acaso no sabes lo de Teodora Bolívar?’”, explica.
Piedad Córdoba y los computadores de Raúl Reyes
El momento que le comentaba aquel periodista fue el operativo contra Raúl Reyes en 2008, que tras un bombardeo terminó con la vida del líder guerrillero y la incautación de un par de computadores que habrían contenido las comunicaciones de Reyes. Entre ellas, unos mensajes que este habría intercambiado con una tal “Teodora Bolívar” sobre la poca conveniencia de liberar a Ingrid Betancourt o revelar sus pruebas de supervivencia.
“Una conversación entre Teodora Bolívar y Raúl Reyes, en el que ella básicamente le está diciendo a Raúl Reyes: ‘mira, la prueba de vida de Ingrid Betancourt, no hay que sacarla. Pero tampoco hay que liberarla porque ella está enferma, porque en realidad Íngrid Betancourt siempre ha sido flaca’”, asevera.
A pesar de que es de conocimiento nacional que dicho material no fue admitido como prueba en contra de Piedad Córdoba por supuestas fallas en la cadena de custodia, Ingrid Betancourt asegura que pudo comprobar la veracidad y la intención de lo sucedido tras la entrega de los testimonios de Andrés Vásquez, otrora asesor de Piedad Córdoba, a la Corte Suprema de Justicia.
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“Él me cuenta y lo cuenta también ante la Corte cómo para Piedad el tema de la liberación de los secuestrados se vuelve un instrumento para sacar provecho. Es decir, cada liberación tenía un objetivo particular (...) Piedad Córdoba ha hecho lo necesario para que a mí no me incluyan en ese grupo, pensando ella que quería reservarse la liberación mía como un trofeo que pudiera apalancar sus ambiciones presidenciales, ella iba a presentarse a la contienda presidencial”, asegura Ingrid Betancourt.
La excandidata presidencial y directora de Verde Oxígeno señala que, tras ser liberada, en alguna ocasión se encontró con Piedad Córdoba antes de saber todo y esta habría mostrado una actitud tosca con ella. Años después, Andrés Vásquez le dijo que “para ella la liberación fue un golpe muy muy fuerte, que ella lo vio como algo que la afectaba personalmente”.
