El senador Santiago Valencia, del Centro Democrático, anunció que denunciará penalmente al expresidente Juan Manuel Santos por supuestamente hacer la vista a un lado con información contenida en los computadores del abatido “Raúl Reyes” que habría dado mayores luces en su momento sobre la farpolítica en el país.
De acuerdo con el también candidato al Senado para el periodo 2022-2026, el trámite será gestionado a través de la Comisión Legal de Investigación y Acusaciones de la Cámara de Representantes, “por indignidad y mala conducta durante su presidencia, en el marco de investigaciones del jefe guerrillero”, aseguró en un evento de campaña en Cota, en el que por cierto también se encontraba el candidato presidencial Óscar Iván Zuluaga.
“Voy a denunciar penalmente por indignidad al expresidente Juan Manuel Santos en la comisión de acusaciones de la Cámara de Representantes, porque él sabía lo que había en los computadores de Raúl Reyes de la farcpolítica y decidió, para poder alcahuetearle a sus amigos de Venezuela y Cuba y a sus amigos de las Farc, mirar para un lado y obviar las pruebas que habían”, aseveró.
Todo lo anterior, según un comunicado de su campaña, fue motivado por las distintas revelaciones que han señalado a la candidata del Pacto Histórico, Piedad Córdoba, de negociar con fines políticos la liberación de los secuestrados de las Farc y de ser otrora la línea directa en Colombia de los gobiernos de Hugo Chávez (y su sucesor, Nicolás Maduro).
Precisamente, una de las acusaciones, respaldadas por testimonios de quien fue su asistente, afirma que Córdoba tuvo la tarea de hacer una lista de empresarios afines al régimen del vecino país para determinar con quién Venezuela se pondría al día con sus responsabilidades económicas.
Basado en ello, Santiago Valencia asegura que Juan Manuel Santos cometió un “acto de complicidad con los narcoterroristas de las Farc, con el régimen de Maduro y contrario a la democracia e intereses del pueblo colombiano”. Queda entonces esperar para ver cómo terminará este nuevo episodio en la novela de Piedad Córdoba, que ahora podría salpicar a quien otrora ostentó el cargo de poder público más importante del país.
