El régimen chavista en Venezuela, liderado por Nicolás Maduro, sigue en el poder a pesar de las múltiples crisis políticas, económicas y sociales que aquejan al país. La situación parece desafiar las expectativas de muchos observadores internacionales, quienes consideraban que, tras la muerte de Hugo Chávez, el gobierno de su sucesor no duraría mucho.
Sin embargo, el chavismo ha logrado mantener una notable fortaleza, y diversos factores ayudan a explicar esta permanencia en el poder. Christian Chacón, analista político, conversó con Kienyke.com para dar un análisis detallado sobre las razones detrás de la resiliencia del régimen que perpetúa Nicolás Maduro.
El control institucional: el pilar fundamental
Uno de los aspectos más importantes para entender la supervivencia del régimen chavista es el control institucional que ha logrado establecer en Venezuela.
Según Chacón, el país ha experimentado lo que se puede denominar una "captura del Estado", en la que las instituciones clave han sido cooptadas por una burocracia chavista leal al gobierno.
Este fenómeno se observa en diversas ramas del poder, como el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y el Consejo Nacional Electoral (CNE), ambas instituciones profundamente influenciadas por el oficialismo.
El TSJ, por ejemplo, ha sido objeto de críticas constantes debido a su alineación con los intereses del chavismo, lo que ha debilitado la independencia judicial en el país.
Esto se evidencia, por ejemplo, cuando figuras del propio oficialismo han intentado cuestionar al régimen, solo para ser desplazadas y perseguidas por las fuerzas leales al poder. Este tipo de control institucional no solo asegura la continuidad del régimen, sino que también le permite legitimar sus decisiones, incluso en situaciones en las que la credibilidad de las instituciones internacionales se ve cuestionada.
La cooptación de la oposición y la fragmentación política
Otro factor clave para entender el mantenimiento del chavismo es la fragmentación y falta de cohesión de la oposición.
A lo largo de los últimos años, el régimen ha logrado aprovechar las divisiones internas dentro de las filas opositoras. Aunque figuras como María Corina Machado han logrado posicionarse como líderes visibles, la oposición en Venezuela no ha sido capaz de unificarse en torno a un proyecto común que represente una alternativa real al chavismo.
Las tensiones entre diferentes sectores opositores, y la falta de un consenso claro sobre cómo enfrentar al gobierno de Maduro, ha debilitado cualquier intento de desplazarlo.
En muchos casos, los opositores se han mostrado incapaces de ponerse de acuerdo en temas cruciales, como la participación en elecciones o el reconocimiento de las instituciones gubernamentales. Esta división ha facilitado que el chavismo se mantenga firme en el poder, con un escenario en el que las propuestas de cambio se ven desarticuladas y carecen de un liderazgo único que pueda movilizar a la población en su contra.
El control sobre grupos clave: colectivos y grupos de poder
El chavismo también ha logrado mantener su influencia a través de la creación de una red de apoyo basada en grupos sociales y de poder. Según Chacón, el presidente Maduro ha establecido alianzas con el Servicio de Inteligencia Bolivariano y con los llamados "colectivos", grupos paramilitares que operan en barrios populares de Caracas y otras ciudades.
Estos colectivos han jugado un papel fundamental en la defensa del régimen, controlando territorios y, en muchos casos, ejerciendo una violencia que disuade cualquier intento de protesta o resistencia.
Además, el gobierno ha utilizado prebendas sociales, como mercados gratuitos y subsidios, para ganar el apoyo de sectores populares que, a pesar de la crisis económica, siguen viendo en el chavismo una fuente de recursos. Este sistema clientelista ha contribuido a mantener la lealtad de una parte importante de la población, que depende de estas ayudas para subsistir en un contexto de escasez y pobreza generalizada.
El respaldo internacional: China y Rusia
No se puede pasar por alto el apoyo internacional que recibe el régimen de Maduro, especialmente de potencias como China y Rusia. Estos países han mantenido relaciones cercanas con el gobierno venezolano, en parte por sus intereses estratégicos y económicos.
China, por ejemplo, ha otorgado créditos millonarios a Venezuela, mientras que Rusia ha mantenido una fuerte presencia en el sector energético y petrolero del país.
Este respaldo internacional le ha permitido al chavismo sobrevivir a pesar de las sanciones y presiones externas. Las potencias que apoyan al régimen de Maduro no solo buscan fortalecer su influencia en América Latina, sino también asegurarse un acceso privilegiado a recursos naturales como el petróleo, que siguen siendo una de las principales fuentes de ingreso para Venezuela. Este apoyo externo refuerza la capacidad del régimen para resistir la presión internacional y mantenerse en el poder.
El control institucional, la fragmentación de la oposición, la cooptación de grupos sociales y el apoyo internacional han sido clave para su permanencia en el poder. Aunque el país atraviesa una grave crisis, el chavismo ha logrado mantener un sistema de control que le permite mantenerse en pie, a pesar de las múltiples adversidades. En este contexto, la capacidad del régimen para adaptarse y fortalecer sus bases de apoyo sigue siendo un desafío para quienes buscan un cambio en Venezuela.
