Las historias de superación siempre ocupan un lugar especial en los corazones de quienes han resistido los golpes de la injusticia en el país y de aquellos casos que aún resuenan sin respuesta. Jorge Colmenares, ha sido testigo de esta realidad, marcada por una tragedia familiar que conmocionó a toda Colombia.
El 31 de octubre de 2010, en lo que debería haber sido una noche de celebración por Halloween, su hermano mayor, Luis Andrés Colmenares, fue encontrado sin vida.
Después de varios años del trágico suceso, el joven bogotano, decidido a honrar la memoria de su hermano y hablar de su legado.
Con una sonrisa genuina y una serenidad palpable en su rostro, en entrevista con Adriana Bernal para Kién es Kién, Colmenares compartió aspectos íntimos de su vida; como el amor, la soledad, el odio y la esperanza, temas que han sido centrales tanto para él como para su familia.
"Yo viví una infancia muy feliz (...) Recuerdo esos días rodeado de mucha gente en donde todo se focalizaba en mí. Yo me consideraba el niño más consentido de la familia (...)", inició señalando.
Colmenares también reveló lo que su hermano significó para él: “Mi hermano era todo, era mi apoyo fundamental. Mi hermano era mi guía, me mostraba qué hacer, qué no hacer, por dónde irme”.
Sin embargo, su camino se oscureció durante la adolescencia, cuando enfrentó esa soledad que suele aparecer justo después de la pérdida de un ser querido.
"Cuando pierdo a mi hermano, solo me quedaban mis papás. Esa persona que veía como una luz ya no estaba porque la había perdido, y ahí empecé a quedarme solo en el hogar, porque cada uno se centró en su propio duelo. Mi papá se enfocó en su trabajo", expresó.
Jorge recuerda esos momentos de su vida en los que su madre, profundamente herida por la pérdida de un hijo, se sumergió en su duelo: "Mi mamá no salía del cuarto, casi no me hablaba y, cuando me veía, me lloraba. Esa mamá cariñosa (...) ya no existía, y yo tampoco podía mostrarle debilidad, porque pensaba que, si le mostraba tristeza, traicionaba a mi hermano (...). Pasé de esa calidez, de ese sol, a una época de oscuridad y tristeza".
Jorge mencionó haber dejado vacíos en su vida: "intenté colocar parches a las heridas que tenía, y ahora vuelvo a enfrentar eso que había dejado atrás: la tristeza, la soledad, esos momentos de depresión que no supe vivir porque no tenía con quién hablar".
Sobre la muerte de su hermano, explicó: "Mi hermano muere rodeado de sus amigos en una fiesta. Ahí empecé a desconfiar de quienes me rodeaban. Me preguntaba si realmente tenía amigos o no. Me sentía absorbido, ya que el caso de mi hermano era muy sonado." Además, señaló que su familia comenzó a ser conocida por eventos relacionados con esta tragedia.
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El lado amargo de su vida:
Para dejar atrás sus sentimientos de soledad, Colmenares optó por las fiestas y las salidas: "En ese mundo, yo estaba como en un clic, diciendo: 'No, esto me pasó, esto es una realidad.' Me reconectó, no me puedo ahogar en la fiesta; tengo que salir de la depresión. No es cuestión de que te digan que todo está bien; hay que tratarse la depresión y encontrar cómo salir de ese torbellino que te atrapa”, explicó en medio de la entrevista.
Al comenzar el segundo semestre de la universidad, Colmenares recordó que el doctor Jaime Lombana, su abogado en el caso, le dijo: "Ahora sí le voy a cobrar a usted." A lo que Colmenares respondió: "Haré lo que usted me diga, porque está llevando este proceso adelante”. Así, a los 20 años, comenzó a aprender sobre el manejo del dinero y a dejar de depender de sus padres.
"Ganaba casi un sueldo de abogado sin serlo, gracias al cariño que el doctor Lombana nos tenía", esta mezcla de ser conocido, salir y obtener su propio ingreso se convirtió en una bomba atómica que lo acompañó durante casi toda su carrera. "Hasta el final de la carrera, me sentía vacío. La gente me conoce, me saluda, me abraza; eso es bonito y nos apoya”.
Al darse cuenta de su dura realidad, Colmenares reflexionó: "Tengo todo, pero no tengo nada al mismo tiempo", lo que le provocó una presión aún mayor en él. Esta situación también llevó a su madre a ‘abrir los ojos’ y a reconectar con su hijo, buscando recuperar al Jorge de cuando tenía 15 años, aunque este proceso fue difícil para ambos. A pesar de sus esfuerzos por adaptarse, Colmenares continuó sintiéndose triste y decidió bloquear y posponer sus emociones al postularse al Concejo.
"Empiezo a buscar psicólogos alrededor de los 26-27 años, al final de mi periodo en el Consejo de Bogotá. Sin embargo, sigo sintiéndome vacío, trabajando por los demás y descuidando mi bienestar. Comienzo a hacer terapias para sentirme en paz conmigo mismo, aunque el proceso fue largo y difícil”.
Colmenares afirmó que nunca consumió drogas porque su hermano le inculcó desde pequeño el miedo hacia ellas. Agradece no haber tenido interés en probarlas, y su conocimiento sobre el tema proviene de lo que comparte con los padres en sus charlas.
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Su madre, "una guerrera":
Ante esto, y luego de toda la tragedia Colmenares destaca a su madre como ese pilar fundamental de su vida. Aquel que le ayudó a sanar y construir juntos esa nueva vida; "Mi mamá es mi princesa, una luchadora, mi mamá ha tenido que vivir la pérdida de su hijo la destrucción por completo de su familia, porque termina separándose de mi papá entonces ha recibido distintos golpes de la vida (...)”.
El bogotano, confesó que cuida de ella por el deseo de su hermano de que él fuera su protector: "Mi hermano me dijo sus últimas palabras antes de salir de fiesta. Me dijo: 'Jorge, no olvides que cuando ni papá ni yo estamos en casa, tú eres el hombre de la casa, así que cuida a mi gorda, y cuando llegue, quiero verla igual de bien que como la dejé.' Esas fueron sus últimas frases, y creo que me dejó clara la misión”.
Colmenares explicó que su relación con su padre, Luis Alonso Colmenares, se enfrió tras el fallecimiento de su hermano, lo que llevó a cada miembro de la familia a distanciarse y vivir su duelo de manera diferente. Aunque siempre lo admiró, la ausencia de su padre debido a sus compromisos laborales hizo que su hermano asumiera un rol paternal. Sin embargo, hace unos tres o cuatro años, lograron reconectar, y ahora lo ve como un consejero, a pesar de que su padre ha formado otra familia y tuvo un hijo hace un año.
"Sé que mi hermano menor es luz y paz para mi papá, pero no fue fácil cuando me dijo: 'Hace seis días nació un hijo.' Quedé en shock, sin entender. He visto las fotos que mi papá me ha enviado y ha encontrado otra alegría. Aunque no lo he conocido, sé que lo haré. Le dije a mi papá que, independientemente de que sea hijo de mi mamá, es mi hermano. Cuando me necesite, estaré ahí para darle el amor que necesita, porque eso es lo que recibí de mi hermano mayor”.
Además, mencionó que, tras la tragedia en su familia, "la fe en Dios nos entró en esa pelea con él, claro, porque tenía que ser mi hermano justo el que seleccionara".
El 31 de octubre de 2010 marcó un momento en que otros padres comprendieron los riesgos que enfrentan sus hijos. Sin embargo, Colmenares sentía rabia al pensar en por qué tuvo que ser su hermano quien les abriera los ojos. Esto lo llevó a cuestionarse, alternando entre la fe y la duda mientras intentaba encontrar sentido en lo ocurrido.
"Ese conflicto con Dios siempre lo tuve, ya no lo tengo. Yo creo que él mismo me ayudó a hacer la sanación, a entender por qué suceden las cosas, a entender que todo tiene un propósito, una meta".
El exconcejal destacó ese legado de su hermano: "Luis era totalmente distinto, el estudioso, el de los triunfos; yo era la ovejita negra. Pensé que, si no hubiera sucedido eso con mi hermano, posiblemente el de la historia sería yo. Muchas cosas las hizo para intentar protegerme a mí".
Su deseo:
Colmenares habló con Adriana Bernal sobre su proceso personal tras la crisis que transformó a su familia y cómo tuvo que enfrentarlo: "Muchas personas, incluso a través de las redes sociales, lo juzgan a uno. Dicen: ‘Ay, es que usted logró ser concejal temprano porque su hermano se murió. Ay, es que usted es conocido porque su hermano está muerto’ (...) pero no se dan cuenta de la oscuridad que uno lleva por dentro, de lo que significa vivir en soledad y lidiar con la depresión", comenzó mencionando.
El abogado también enfatizó que, a raíz de ese suceso, perdió la fe y la confianza en amigos y en las mujeres. "El hecho de no poder confiar en una mujer me afectó profundamente. Al principio, no creía que pudiera tener una pareja. Pensaba: si a mi hermano le sucedió eso por amor, a mí también me podría pasar lo mismo. Y no confiaba en mis amigos, porque sentía que si eso le podía pasar a mi hermano, a mí también podría sucederme. Era un tormento mental constante", siguió contando su relato.
El exconcejal reveló en Kién es Kién, que, “Lo que lo que más me hubiera gustado es vivir una adolescencia normal, tranquila, sin ese peso de las lecciones de vida que tuve que enfrentar". Aludió a que, quizás en otra vida, le habría encantado experimentar una realidad diferente.
Además, Colmenares quiso resaltar cómo su vida y las lecciones aprendidas en su camino lo han llevado a donde está hoy, siendo el creador de una fundación junto a su madre y sirviendo como voz para muchos que enfrentan realidades similares.
"Después de todo esto, comencé a entender que todo tenía una causa. En una charla, unos padres me dijeron: ‘Gracias, porque esa situación yo la estoy viviendo y no sé qué puede estar pensando mi hijo’. Yo les respondí que, aunque no soy padre, como hijo entiendo lo que puede estar viviendo su hijo", confesó.
Jorge, finalizó destacando que la gratitud que recibe de los demás representa una gran motivación para él: "Eso es muy significativo para mí. Lograr abrir los ojos a muchos padres y compartirles mi experiencia, diciéndoles: ‘Este fue mi tormento’, es algo valioso. A pesar de las dificultades, el hecho de que mi historia pueda ayudar a otros es lo que realmente importa", concluyó con una emotiva sonrisa.
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Una injusticia más:
El exconcejal habló abiertamente de cómo él y su familia perciben el caso de su hermano, expresando: “Como familia hemos vivido una injusticia, porque si existiera justicia, hoy sabríamos qué sucedió exactamente esa noche. Es un proceso que lleva 14 años, y lo más triste es que la propia justicia nos ha dicho que a Luis Andrés lo mataron. Todos lo saben, pero nadie sabe quién fue", destacó en medio de la entrevista.
Colmenares planea, desde su fundación en memoria de su hermano, brindar apoyo psicológico y jurídico a familias que han sufrido pérdidas, fortaleciendo su impacto social bajo la dirección de su madre.
Su labor específica consiste en visitar colegios y dar charlas a los padres sobre cuatro peligros: drogas, redes sociales, videojuegos y fiestas. "Les digo, esta familia es conocida, pero pudimos ser como ustedes, que simplemente escuchamos y no prestamos atención. Ustedes verán si trabajan por esto o no”, este es el enfoque central de su trabajo en la Fundación.
Aseguró que seguirá en la política, aunque aún no tiene un rumbo definido. "Cuando uno entra en la política es muy difícil salir de ella, pero quiero tomarme un año para hacer algo distinto", comentó. En este tiempo, se ha enfocado en proyectos como su Fundación y un nuevo podcast, explorando caminos diferentes mientras la política "sigue soplándome en la nuca".
A 14 años del fallecimiento de su hermano, Jorge Colmenares continúa su incansable búsqueda de justicia para él y toda su familia, eligiendo el camino de la enseñanza con el objetivo de prevenir que tragedias similares vuelvan a ocurrir en el futuro. Además, ha reflexionado sobre su trayectoria política y, aunque ya no forma parte del partido Centro Democrático debido a diferencias ideológicas, valora las oportunidades que allí tuvo. En este momento, Jorge está explorando su futuro en otros movimientos políticos y considerando diversas opciones, con la intención de encontrar un espacio que se alinee mejor con sus convicciones y metas.