Cada vez son más los casos reportados de mujeres que delinquen utilizando su belleza y seducción. Barbie morena, Yayitas y gatubelas, son apenas los alias que figuran en los noticieros de televisión como una tendencia al alza del querer lujo, aparentar, vivir en zona de confort utilizando el camino de la delincuencia para alcanzarlos. Con estos casos queda demostrado que la necesidad ya no es una excusa para entrar en la “profesión” de seductoras ladronas.
El crimen tiene otro precio y el mensaje que da nuestra justicia es apología a acometerlo, porque paga en gran cantidad más cuando se sienten tentadas por sacarle el máximo a su atractivo. Y no es sólo una tendencia de niñas de provincia, de escasos recursos, de poca educación sino profesionales como las condenadas del Pabellón Número 8 del Buen Pastor en Bogotá donde se encuentran recluidas dos desfalcadoras de la Dian, una de Interbolsa, una de la Aerocivil, dos exfiscales especializadas, una exalcaldesa, una exjuez, la exdirectora de la cárcel de Valledupar, una “lavadora” de dinero y una exteniente de Policía. Son 11 internas con todas las comodidades para disfrutar de una reclusión como se lo merecen y se lo patrocina la justicia, por su profesión de ser ladronas de estrato alto, VIP que tienen todo el confort para pagar una condena en la cárcel no como reclusas sino como turistas, donde sus fechorías asciende a más de 3 billones de pesos.
El Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac) elaboró un estudio hace dos años en el que concluyó que el 57 por ciento de las mujeres que estaban tras las rejas en el país, condenadas, tenían en promedio entre los 21 y los 35 años. Y más de la mitad de ellas habían pasado por un centro para jóvenes. Las mujeres atractivas por las pocas sospechas que despiertan las hacen “ideales” para guardar o transportar armas, drogas, son excelentes ‘correos humanos’.
Las autoridades también han detectado que la mayoría de las que se dedican a delinquir comienzan como ‘mecheras’, es decir, aquellas que entran a establecimientos para robar mercancía y esconderla dentro en sus bolsos o ropa. Con el paso de los años, las inducen a integrar bandas dedicadas a los atracos en la calle o como ‘tomaseras’, que drogan a sus víctimas en sitios nocturnos, donde el ambiente de fiesta y el alcohol hace que la gente se desinhiba y relaje, lo que facilita su labor
En términos de delincuencia femenina, en general, en lo que va de este año 1.542 mujeres han sido arrestadas por sus acciones, lo que da una media de 21 casos por día.
En lo corrido del 2015 la cifra en Bogotá ya alcanza las 827 capturas femeninas.
Será que los hombres tendremos que cambiar mucho músculo, poco sexo casual por mucho seso para hacerle el quite a las atractivas ladronas cuya “profesión” es enredar, engatusar con enormes nalgas de yayitas a los hombres que se creen “sexi boys “. Pero si las mujeres siempre nos dan lo mismo, ¿por qué los hombres siempre caemos tan fáciles en la red de la atracción, el sexo y la explotación?
¿Profesión?: ¡Ladrona!
Jue, 19/03/2015 - 10:21
Cada vez son más los casos reportados de mujeres que delinquen utilizando su belleza y seducción. Barbie morena, Yayitas y gatubelas, son apenas los alias que figuran en los noticieros de televisió