La historia es curiosa... Información importante para algunos puede ser considerada inverosímil si no es registrada, catalogada, estudiada, e incluso aceptada socialmente.
Durante la dictadura de Rafael Videla en Argentina, una asociación de madres se reunió en la plaza de Buenos Aires para solicitar información a las autoridades sobre el paradero de sus hijos desaparecidos. El mundo permaneció ignorante del esfuerzo de este grupo hasta el Mundial de Fútbol de 1978 cuando las Madres de Mayo empezaron a “existir” en el imaginario internacional. Hoy, por lo que vemos, la luchas sociales tienen un espacio más inmediato en la cultura popular. En este mundo conectado por comunicación avanzada y complicadas relaciones interpersonales, la Historia contemporánea es enriquecida por subjetividades infinitas.
Eventos como la renuncia del Papa Benedicto XVI y la elección de Francisco I como Sumo Pontífice son hechos que, aunque parezcan contundentes, no permanecen completamente estériles; son causados y transformados por la opinión pública, por el peso del pasado, por un mundo globalizado, y por la ficción. De Netflix nos llega “Los Dos Papas”, una película inspirada en la relación del papa próximo a ser emérito y el papa entrante durante una serie de tertulias previas a la elección. A través de jardines y catedrales, la cámara del director Fernando Meirelles sigue el diálogo de estos hombres mientras enfrentan sus argumentos respecto a la finalidad y el futuro de la Iglesia Católica a la luz de numerosos escándalos.
Tomándose tantas libertades históricas como en sus guiones anteriores, Anthony McCarten (“La Teoría del Todo, “La Hora Más Oscura”, “Bohemian Rhapsody”) basa su guión en un libro y una obra de teatro también escritos por él y no en conversaciones que se dieron en la realidad. McCarten no pretende realizar un ensayo histórico sobre Benedicto y Francisco; parece querer explotar toda la tensión dramática generada por lo que cada hombre representa.
Joseph Ratzinger, el Papa Benedicto XVI, interpretado por Anthony Hopkins, representa el dogma católico que tiende a la defensa de la tradición a pesar de la secularización de las naciones y los retos que implican escándalos como la pedofilia y el abuso sin reparación a las víctimas de los sacerdotes; por otro lado, Jorge Bergoglio, el destinado a convertirse en el Papa Francisco, interpretado por
Jonathan Pryce, es la esperanza de reforma de la Iglesia. El hombre promueve el regreso a la humildad y la preocupación por el pobre, además advierte sobre las consecuencias del consumismo y el deterioro del medio ambiente. No obstante, sus ideales progresistas son colocados en cuestión cuando se tiene en cuenta su pasividad durante los crímenes del Proceso de Reorganización en Argentina.
El texto de McCarten, así como en sus obras previas, no parece haber argumentos críticos sobre cada hombre. La trama entra en contradicción con la realidad pues, en realidad, se duda sobre la relación cercana de dos figuras que son antagónicas entre sí. Por ejemplo, en abril del año pasado, Benedicto XVI publicó una carta abierta considerada como contradictoria con las posturas de Francisco respecto al abuso de menores por parte de miembros del clero. No obstante, a pesar de la conveniencia con la que retrata a sus sujetos de estudio, “Los Dos Papas” los muestra siendo capaces de evaluar la intransigencia que tienen con el otro, y de formar acuerdos para rescatar una institución en decadencia. Como líderes de un milenario establecimiento, ambos pueden mantenerse rígidos ante las exigencias de cambio, o responsabilizarse por sus acciones pasadas y disponerse a colaborar con la reparación de un mundo roto por el individualismo más nocivo.
“Los Dos Papas” no tiene uso como documento histórico, pero debemos apreciarla como un producto de los conflictos alrededor de nuestro imaginario cultural. Si bien estamos divididos ante el conflicto de nuestras instituciones y valores tradicionales con las voces y las experiencias que estamos empezando a escuchar, los dos papas ficticios interpretados por Hopkins y Pryce sirven de ejemplo para despertar conversaciones que invitan a la colaboración y no a la estigmatización, a la verdadera reparación y no a una justicia insuficiente. A través de un debate muy rico, entendemos a un conservador que no sabe si ceder sus valores ante la modernidad, y a un progresista que no sabe si perdonarse a sí mismo para aceptarse como líder. Si bien no son dos retratos verídicos, el filme nos da la oportunidad de ver crecer a dos figuras públicas a pesar de su dudas y el señalamiento de un mundo “informado”.
“Los Dos Papas” está disponible en Netflix.
Carlos J. Yaya
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Los Dos Papas: La especulación al servicio de la reflexión
Jue, 02/01/2020 - 10:17
La historia es curiosa... Información importante para algunos puede ser considerada inverosímil si no es registrada, catalogada, estudiada, e incluso aceptada socialmente.
Durante la dictadura de
Durante la dictadura de