La tauromaquia es considerada por el torero español Enrique Ponce como “el arte de las artes”. Yo me pregunto ¿Qué tipo de arte puede ser el goce, durante 20 minutos, del sacrificio de un animal cuyo final, la mayoría de las veces, termina con su muerte? El arte se asocia con la sensibilidad, con transmitir emociones y sentimientos por medio de la construcción y la creatividad, no con la cultura a la muerte.
Ahora, lo que no podemos negar es que es un verdadero arte para hacer dinero; entre el 2017 y el 2018 la fiesta brava, según el Consorcio Colombia Taurina Harold Ronderos Mateus, dejó ganancias en Bogotá por más de $4.000 millones de pesos, mientras en España, durante el 2.017, movió anualmente 4.500 millones de Euros.
Un negocio bastante rentable que, sin duda alguna, es la viva expresión de la violencia. Según varios estudios, el espectáculo alrededor del maltrato animal tiene un contexto que es muy factible se replique en las relaciones cotidianas. De acuerdo con el artículo “De la violencia en las corridas de toros a la educación violenta”, de Vítor José F. Rodrigues, Doctor en Psicología de la Universidad de Lisboa, quienes observan acontecimientos violentos, como las corridas de toros, son más proclives a tener comportamientos agresivos posteriores, con sus amigos y familiares.
Si la exposición a actos crueles aumenta la violencia, muy oportuna la decisión de la Primera Comisión del Senado para evitar que se perpetúen las corridas de toros y por ende se contribuya a reforzar actos de crueldad en nuestra sociedad.
Vale la pena que recordemos algunas cifras del año pasado: en violencia de género, cada 13 minutos una mujer fue violentada, Medicina Legal; en delitos sexuales, fueron violados alrededor de 26 niños, al día, ICBF; en violencia intrafamiliar, fueron maltratados 5 abuelos, al día, Medicina Legal; 400 mil abortos clandestinos, PROFAMILIA; 1.220 casos de feminicidio, Fiscalía General de la Nación.
Esas cifras reflejan la cruda realidad en la que vivimos y por lo mismo no podemos ser promotores de más violencia en nuestro país; al contrario, debemos entre todos, trabajar para que cada día disminuyan, siendo respetuosos de nuestro entorno, de quienes nos rodean.
La vida en todas sus formas es sagrada, no podemos decir que defendemos la vida de los animales mientras acolitamos el asesinato de los no nacidos, ni viceversa; tampoco, rasgarnos las vestiduras por la tortura de los animales cuando somos cómplices del maltrato hacia mujeres y niños; ni atropellar los derechos de nuestros mayores y, a la vez, enarbolar las banderas en favor de la protección del medio ambiente.
Concejal Gloria Díaz Martínez
Partido Conservador Colombiano.
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La tortura como pasatiempo
Vie, 23/08/2019 - 16:41
La tauromaquia es considerada por el torero español Enrique Ponce como “el arte de las artes”. Yo me pregunto ¿Qué tipo de arte puede ser el goce, durante 20 min