Desde las aulas escolares se debe educar a los alumnos sobre la base del respeto, la tolerancia, la cohesión social, la justicia, la sensibilidad por el otro y hacia su entorno; es ahí donde comienza a crearse una visión crítica, lejos del individualismo y la exclusión.
El ámbito educativo se convierte en un escenario de debate, participación, consensos en medio de las diferencias, intercambio de experiencias, encuentros interculturales, fomento de capacidades y talentos, que en últimas reflejan lo que es la política.
Recordemos que los estudiantes de hoy, mañana, desde sus diferentes roles tendrán la responsabilidad de tomar decisiones que van a incidir en la dignificación del ser humano y la construcción de la sociedad.
Por ello, la importancia de los maestros como guías en el descubrimiento y fortalecimiento de talentos, en el rescate de las buenas prácticas ciudadanas, en la solución de conflictos sin violencia, en la toma de conciencia sobre la responsabilidad que tenemos todos en la transformación de nuestro entorno.Este conjunto de elementos sumado a unos cimientos sólidos en valores y principios conlleva al empoderamiento de los estudiantes y al fortalecimiento de la democracia. Precisamente, pensando en reforzar los valores ciudadanos, el respeto y el cuidado por nuestra ciudad, además de generar un escenario que brinde oportunidades a la comunidad educativa, propusimos desde el Concejo de Bogotá, el Acuerdo de Colegios Amigos del turismo. Un Acuerdo que sumado a lo anterior les permite a los estudiantes conocer las tradiciones e importancia, en este caso del turismo, en el desarrollo social, económico y cultural de Bogotá; esta apropiación de ciudad, de conceptos en el proceso de aprendizaje, como decía anteriormente, les ayuda a formar criterio, elemento fundamental en cualquier situación de la vida y del cual muchos carecen. Esa carencia de visión crítica conlleva a múltiples aseveraciones peyorativas que escuchamos en el día a día y a las que como política me he tenido que enfrentar constantemente: “Todos los políticos son mentirosos, ladrones, corruptos, quieren ser elegidos para robar”. Un estigma que algunos tenemos que cargar, a pesar de que hemos ejercido la política con sensatez, responsabilidad y compromiso; todo lo contrario, a las frases que mencionaba antes y a las que, infortunadamente, nos hemos acostumbrado. Expresiones que son solo juicios de valor irresponsables, puesto que se limitan a repetir lo que escuchan y no indagan sobre la vida, historia y trabajo de cada persona; poniendo en entredicho el buen nombre de quienes sí utilizamos la política como herramienta de construcción y transformación de realidades.
La invitación es a que hagamos tanto seguimiento como verificación al trabajo de nuestros dirigentes, porque la política es para servir a los demás y los recursos públicos no son para beneficio propio. En nuestras manos está combatir la corrupción, no legitimemos hechos políticos corruptos por desconocimiento.Recordemos que una mala decisión nos afecta a todos; miremos, por ejemplo, estos datos de Transparencia por Colombia: en dos años (2.016-2.018) Bogotá perdió por corrupción medio billón de pesos, recursos que dejaron de percibir los sectores de infraestructura, transporte, educación, salud y seguridad. No permitamos que se sigan vulnerando nuestros derechos, dejemos de ser simples espectadores, no seamos cómplices de la corrupción. Concejal Gloria Díaz Martínez Partido Conservador Colombiano. Facebook: @GloriaElsyDiaz Twitter: @gloriadiazm Instagram: gloriadiazmartinez