@JulianCaperaB
La nuestra es tierra de dioses: mitad músculo, mitad acero. Héroes que tienen un motor en el alma y el corazón en las piernas. Seres legendarios que van cabalgando en su propio olimpo, abriendo de tanto en tanto una llave en el cielo para rociar café y oro sobre nuestra maltratada bandera. Una tierra de ciclistas. Titanes que quizá merecieron nacer en otro lado.
La Colombia de los noventa, que trataba de zafarse de las oscuras sombras de la violencia, vio nacer a Nairo y Mariana. Dos niños que compartieron el amor por su juguete: dos ruedas y un manubrio. El mismo juguete, y a la vez un juguete diferente.
Nairo en la vieja bicicleta de papá, Mariana en la más costosa de todas. Un argumento que se convirtió en caballito de batalla de todos aquellos con mala memoria y corazón duro que arremetieron contra la ciclista antioqueña esta semana luego de que se filtrara un audio en el que criticaba a Nairo por sus reclamos a Fedeciclismo.
Seguramente los mismos que acabaron con Nairo el año pasado cuando logró el segundo puesto en el Tour de Francia. Lo llamaron cobarde y flojo. Aquellos que seguramente nunca en su vida han subido una montaña pedaleando. Aquí se ha escupido al trono del rey y al de la reina, sin ningún tipo de pudor.
No es un secreto que el camino de los dos más grandes ciclistas que tiene nuestro país fue muy diferente. Pero nadie, nadie, tiene la culpa de eso, y mucho menos Mariana. Atacarla porque su paisaje tuvo mejores tonos que el de Nairo, o porque sus carreras duran segundos, es una bajeza que demuestra que en nuestro país son de plastilina nuestros ídolos. Qué tenemos una increíble facilidad para pasar de la adoración a la crítica despiadada. Qué nos encanta lanzar dardos envenados, incluso al cielo.
Es cierto, Mariana se equivocó. Sus declaraciones fueron irrespetuosas y fuera de lugar. Sin embargo, a las cosas hay que darles un contexto ¿O cuántos de nosotros soportaríamos que nuestras notas de voz privadas fueran ventiladas públicamente?
Mariana Pajón es la mejor deportista colombiana de toda la historia, en lo que a resultados olímpicos se refiere. Además, tiene decenas de medallas conseguidas en Mundiales y Copas del Mundo de su modalidad.
A pesar de que tuvo posibilidades de nacionalizarse y hacer el ciclo olímpico con Estados Unidos, en condiciones mucho más favorables, prefirió quedarse y correr para un país que ni pistas de BMX tenía en ese entonces. Pero ante su primera equivocación, todo eso pasó al último plano.
Tal como lo dijo Nairo, lo que sucedió esta semana no debe distraernos de lo que verdaderamente originó el debate: sus denuncias a la pobrísima gestión de Fedeciclismo. Los mismos a quienes poco les importó ponerle un megáfono a las palabras de Mariana y crear una cortina de humo, aún a costa de la imagen de ella.
Los mismos que trataron de usar el brillo de su corona para cegar las miradas que se han posado sobre ellos en las últimas semanas. Y al final, los comentarios de la gente en redes sociales, demuestran que lo lograron. Qué Dios salve a la reina, porque su pueblo le ha dado la espalda.
¡Dios salve a la reina! En defensa de Mariana Pajón
Sáb, 29/04/2017 - 11:46
@JulianCaperaB
La nuestra es tierra de dioses: mitad músculo, mitad acero. Héroes que tienen un motor en el alma y el corazón en las piernas. Seres legendarios que van cabalgando en su propio ol
La nuestra es tierra de dioses: mitad músculo, mitad acero. Héroes que tienen un motor en el alma y el corazón en las piernas. Seres legendarios que van cabalgando en su propio ol