¡Se le tiene, se le tiene! De intereses cándidos al estilo Judas Iscariote, con derechos pero con cita previa los fines de semana. Tengo un par que escuchan sin decir una palabra y me quedan cuatro que hablan hasta por los codos. En oferta están los que sirven de consejeros en momentos difíciles, los que se convierten en damas o caballeros de compañía en eventos y los que simplemente se requieren para tomar cervezas en un bar del centro de la ciudad. No todo es tan grave, ya que en 2x1 encontramos a los que hablan por horas en el celular y quienes te apoyan con un Me gusta, Like o dejan comentarios en tus fotos subidas a Facebook o Instagram.
Amamos la atención y estar de pie en medio de tanta gente sentada. Figuramos como los reyes del rap y por qué no como los leones de una jauría de seguidores. Otros por el contrario adoran ser amaestrados y se subordinan a una pandilla de pelagatos, en donde no pueden rugir vorazmente. Necesitamos sentirnos enganchados y no por nuestros padres o hermanos, queremos ser integrados a planes que incluyen viaje en yate y licor en exceso, claro está que los que se untan de una relación de pareja piensan lo contrario. Estas palabras no son para ennoviados, arrejuntados o casados a la fuerza. Los amigos disponibles se venden al mejor postor y saben qué, sin consultárselo a nadie.
Es que no tener amigos es una cosa jodida y cero sustanciosa, pero en ocasiones tenerlos resulta asfixiante e impositivo. Cuantas veces salimos casi obligados porque tú soul mate sin sexo quiere despejar la mente, los días en los que quieres dormir sin alarma y ellos están escribiéndote sin pausa al Whatsapp. Qué sería de mi sin tu amistad, te quiero eres como mi hermano, te conozco mejor que a mí, son frases de lo más tiernas pero ¡Alto! No hay que olvidar a los chismosos que rompen relaciones, las amigas que se acuestan con los novios de sus amigas, los que estratifican momentos o personas y los que necesitan dinero y luego no tienen memoria, en fin la lista es larga.
Ernesto, dice que es imposible contar a sus amigos con una mano. Salir con él es verlo saludando a diestra y siniestra, no es raro que te deje por irse con otro grupo de personas. Clasifica a sus amigos de una forma aberrante, es decir, los del trabajo no se mezclan con los del barrio, los de la universidad no se pueden conocer con los del gimnasio, por poner algunos ejemplos. Sus relaciones de pareja pasan a un segundo plano y considera que las amistades son fuertes como rocas, morirá engañado el pobre. Si sus amigos que miran por encima del hombro lo invitan a salir, deja plantados al resto, en pocas palabras cuanto tienes cuanto significas para mí. Él es de esos que cuando se juntan con otros se cree de mejor familia, bueno así.
No tolero a los que dicen ser amigos de todos y a la hora de la verdad no son amigos de nadie, de esos conozco varios. Los que profanan abiertamente que no necesitan de nadie y que dicen ser autosuficientes, esos están en estado de devolución. Los que por presumir su amistad con otra persona, piensan en voz alta sin fijarse en quienes tienen a su lado ¿Qué diablos hago aquí? Trágame tierra, muchos se cuestionan. De los aprovechados que te buscan para que les pagues la cuenta o les des un aventón, esos merecen ser exterminados como patos en Super Nintendo. Existen unos que se ofrecen para salidas express cuando están solteros, porque de lo contrario se escabullen como ratas de alcantarilla.
Creo en los amigos que escuchan y son escuchados, que dan y reciben cuando debe ser y no porque les toca, que cuestionan tu vida y una que otra vez se resienten, eso es normal cuando el cariño es evidente y se pide exclusividad. Cuando la fraternidad existe no hay porque presumirla, eso se hace evidente a primera vista ¿La confianza? Esa arma de doble filo que unas veces duerme a un costado de la cama y te da beso de buenas noches, otras veces se subasta por unos cuantos pesos. Elvira dice que el único fiel compañero que siempre está en verbo presente, brinda su ayuda cuando más se necesita sin protestar y sin peros, no juzga y saca siempre una sonrisa es Rodolfo, su vibrador.
He conocido de todas las formas, tamaños, colores y gustos. Desde los más vainillas hasta los más chocolates y es que francamente, hay unos especímenes que queman la amistad como papeles frente a una fogata. Sabrina es de esas que se junta con las menos agraciadas para ella sentirse la más bonita. Alta, delgada y con dos siliconas bien puestas, arrastra miradas morbosas de los hombres cada vez que la tenemos cerca. Sus mejores amigas, una de ellas apodada Fiona, no es necesario explicar por qué, se siente incluida en un grupo de amigas que la aceptan sin juicios malévolos, pero es que una mujer poco atractiva nunca despertará el interés así. Hablemos de Sabrina, traigo el ejemplo a relucir porque me lo dijo con el ego elevado hasta el cielo, ellas son mis amigas y las aprecio pero yo soy la más bonita de todas ¿No?
Esto de los amigos me prende el bombillo para seguir con más historias. Isaías invierte la gran mayoría de su sueldo, un poco más del mínimo por cierto, en bares de mala muerte y en prostitutas. En ocasiones paga la cuenta completa al grupo que lo acompañe, incluyendo polvos de sus acompañantes de turno. Una de esas noches terminé yo sentado en medio del despilfarro de dinero, me sentí en equipo de fútbol esperando a entrenar músculos a punta de descargas de lactosa. A Isaías después de un par de horas lo encontré arrodillado en el suelo vomitando hasta la bilis, sus amigos malhumorados y asqueados por haber concentrado la atención de hinchas en un partido de vaginas ambulantes, lo abandonaron y ni un centavo aportaron para saldar la cuenta. De las amistades interesadas aléjame señor, llévatelas bien lejos.
Les dejo algunos códigos personales referentes a una amistad y que en ocasiones las personas no entienden, aunque se repita con muchos ceros a la derecha. Eso de estar siempre en verbo presente no es por alardear, hay que disculpar cuando tus amigos cercanos están ennoviados, hay que darles su espacio, su tiempo y no hay que reprochar ni exigir momentos. La línea de una amistad no se mantiene en la misma dirección todos los días, nadie quiere ser el violinista sin sueldo y mucho menos el tercero en discordia a la hora de querer ir a un motel a finiquitar las ganas. Amigos con derechos no son amigos y aunque el sexo es mejor con alguien de confianza, hay límites del respeto que a veces la voz que ofrece un consejo, lo malinterpreta y dice lo menos conveniente.
Iniciemos la subasta, que el dinero empiece a enfilar cuentas y los motores a encender su marcha ¡Quién da más, Quién da más! La colección de buenos ejemplares puede ser tuya con solo pasar una tarjeta de crédito. Aquí alzamos la mano con guantes de goma, brindamos en copas del cristal más fino y departimos con bandeja de quesos y champagne. Nuestro anfitrión viste esmoquin, los asistentes traje formal y las meseras usan ligeros y minifaldas. En primera fila tenemos a Enrique que ha estado de pelea con con Beto desde hace tres meses, a Batman que mando al Batimóvil a un deshuesadero porque Robin ¿Quién es Robin? En costados opuestos del salón tenemos a Lenny y Carl que llegaron a buscarse reemplazo y por último pero no menos importantes, a Susana y Elvira que buscan una nueva compañera de apartamento.
En fila india encontramos a quienes me buscaron solo para obtener favores, a los que me robaron dinero y aquellos que se invitaron sin consultarme para aprovecharse de mi nobleza. Hubiera querido que la banda sonora del encuentro fuera los Enanitos Verdes, pero el presupuesto escaseó y tocó conformarse con 7 Torpes Band. La gratitud es una burla y la venganza todo un placer, sean bienvenidos todos a esta noche en donde la basura tiene nombres propios y comenzamos con… ¿Cómo es que es tu nombre que ya lo olvidé?
Las imágenes encontradas en esta publicación hace parte de la colección de obras de Janne Parviainen - http://jannepaint.wix.com
Blog: elmundodetas.blogspot.com
Twitter: @elmundodetas
Página Facebook: El Mundo de TaS
Amigos en subasta
Mar, 08/10/2013 - 01:08
¡Se le tiene, se le tiene! De intereses cándidos al estilo Judas Iscariote, con derechos pero con cita previa los fines de semana. Tengo un par que escuchan sin decir una palabra y me queda