Pasaron más de 15 años y, después de una extensa batalla judicial, se hizo justicia por la muerte de Nicolás Neira, el adolescente que resultó herido el primero de mayo de 2005 en medio de las protestas del Día del Trabajo en Bogotá.
Este es uno de los casos más sonados de abuso policial en el país. El joven de 15 años de edad sufrió un trauma cráneo encefálico contundente severo por culpa de un agente del Esmad que disparó en su contra una granada de gas lacrimógeno.
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Este jueves 29 de abril se dio a conocer la condena en contra del agente del Esmad que disparó y le provocó la muerte a Nicolás Neira.
La jueza 18 Penal de Conocimiento de Bogotá impuso una condena de 17 años y 4 meses de prisión contra Néstor Julio Rodríguez Rúa, el entonces agente del Esmad involucrado en la muerte del menor.
La funcionaria judicial declaró al uniformado responsable del delito de homicidio en la modalidad de dolo eventual y ordenó su captura para que cumpla la condena en un centro carcelario.
Además, le impuso una inhabilidad para el ejercicio de funciones públicas por el mismo tiempo de la pena.
¿Qué fue lo que pasó?
Según la Fiscalía, de acuerdo con los testimonios obtenidos por una fiscal de la Dirección Especializada contra las violaciones a los Derechos Humanos, el agente del Esmad Néstor Julio Rodríguez Rúa accionó un arma conocida como gaseador o truflay sin orden previa de sus superiores.
Indicó que los peritajes de balística y los dictámenes médico-forenses evidenciaron que el uniformado desconoció los protocolos de uso dispuestos para este tipo de artefactos, y lo disparó de forma lineal y directa contra la multitud.
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Una de esas granadas fue la que hirió al menor Nicolás Neira y le causó la muerte. El adolescente se encontraba en ese momento con otras personas en la Carrera Séptima con Calle 18, centro de la ciudad.
Nicolás Neira fue trasladado a un centro asistencial pero, a pesar del esfuerzo de los médicos, falleció cinco días después producto del trauma craneoencefálico que le ocasionó el disparo.