En 43 países del mundo aún hay monarquías. Eso significa que el jefe de estado es una reina o un rey. O un emperador. Por qué sigue existiendo esa forma de gobierno es una pregunta que sigue llamando la atención.
Partamos de las revoluciones del siglo XVIII, especialmente la francesa, después de la que la idea de un Rey se convirtió en un error histórico. Sin embargo, varias coronas soportaron las poderosas ideas del Siglo de las luces. Otras.
La mayoría, no tuvieron la fuerza necesaria y debieron dejar el trono, del que los bajaron a pedradas. El mundo había cambiado. Si bien, unos permanecieron, el poder que detentaron en otro tiempo no volvió a ser el mismo y ese título rimbombante que hoy tienen es sólo nominal.
Las monarquías del mundo
De acuerdo con la RAE la monarquía es la “Forma de gobierno en la que la jefatura del Estado reside en una persona, un rey o una reina, cargo habitualmente vitalicio al que se accede por derecho y de forma hereditaria”.
Actualmente es posible definir el papel de los reyes en varios sentidos. Hay países en donde son más importantes, por ejemplo en el Medio oriente. Allá, el rey tiene un papel preponderante en la medida que las principales decisiones son tomadas por el monarca. Si bien hay un Consejo de ministros, en donde se discuten los temas más delicados y se vota, es en el rey en quien recae toda la responsabilidad.
Allá la democracia como la entendemos ahora no existe. Arabia Saudita es la más destacada representante de ese modelo, que también se llama Monarquía absoluta. En esa misma línea están Catar, Brunéi, Emiratos Árabes Unidos y Omán.
Otro modelo es el de la monarquía constitucional. En esta clase de gobierno, el Rey tiene el poder ejecutivo, mientras que el legislativo es ejercido por un parlamento, que generalmente es elegido democráticamente. En Mónaco, Países bajos, Marruecos, Noruega, España, Suecia, y el Reino Unido funciona así.
La otra forma de gobierno asociada a la monarquía es la parlamentaria. En ella, el rey tiene la función de jefe de Estado, pero se debe acoger a las disposiciones del parlamento (poder legislativo). El poder ejecutivo recae en al primer ministro o presidente. Es en este caso en el que el monarca tiene menos poder. Dinamarca Luxemburgo, Jordania y Japón hacen parte de este tipo.
¿Para qué sirve un rey?
Depende el tipo de monarquía y el país. A parte de las monarquías absolutas, en las que el rey tiene un papel político claro, importante, en los demás modelos, el monarca sirve más como una figura que recoge la identidad del pueblo que representa. Es, en la mayoría de los casos un papel simbólico.
La reina Isabel II es una de las monarcas más conocidas actualmente. En Reino Unido el poder legislativo recae en el Parlamento; el ejecutivo en el primer ministro. En ese sentido, la reina es, primero, la jefa suprema de la iglesia anglicana. También maneja las relaciones internacionales. Si bien, Isabel II no tiene el poder para tomar decisiones unilaterales, su opinión siempre es considerada por las cámaras, tanto de los lores como de los comunes. Inaugura o prorroga las sesiones del parlamento. Puede perdonar a los condenados por delitos. Es la encargada de los nombramientos y dar rangos nobiliarios.
En cuanto a España, la soberanía, de acuerdo a la Constitución, está en el Pueblo. En ese sentido, el rey –Felipe VI–. Esa misma constitución explica que el monarca no tendrá poderes políticos reales sino “formales”. De acuerdo con Alfonso Fernández, abogado de la Universidad Complutense de Madrid, “La Jefatura del Estado se configura como una Magistratura diferenciada e independiente del Gobierno. Carece de potestad y, desde la autoridad, se le atribuye una función de integración política y de moderación en el funcionamiento de los poderes públicos. Se trata de una magistratura concebida como apartidista, carente de poder político efectivo o con poderes muy limitados, con la que se pretende simbolizar la unidad y continuidad del Estado”.
Así las cosas, o por lo menos en las monarquías constitucionales, son tres las funciones reconocibles del rey o la reina: 1) representa a su país en la comunidad internacional; 2) Puede participar y opinar en cuanto a decisiones importantes, pero no las puede tomar por su cuenta; 3) Es una figura simbólica, sin poderes efectivos, en la que se recogen los principales valores y la identidad del país.