Dayana Sandoval estaba en su casa, junto a su mamá, cuando vio en un noticiero de televisión que había ocurrido un atentado en la Escuela de Cadetes General Santander, como pudo salió directo para el bastión policial porque su hermano había ingresado hacía tres días a esa institución para iniciar la carrera militar.
Al otro lado, cerca de las 9:30 de la mañana, su hermano estaba formado y listo para salir a patrullar, como todos los días. De repente una camioneta blanca que cruzó 'embalada', muy cerca de donde ellos estaban prestos a las órdenes y explotó. Algunos objetos que volaron con la honda expansiva le impactaron en el brazo. Mientras los alferes que hacía pocas horas le habían enseñado a los aspirantes a tender la cama, fallecían por la detonación.
De inmediato la noticia colmó todos los medios de comunicación del país porque desde el 2010, cuando ocurrió el atentado contra la sede de Caracol Radio, no detonaba un carro bomba en la capital. Por eso miles de familias, tan pronto escucharon la noticia, se apostaron en los alrededores de la Escuela General Santander clamando por información de sus familiares.
[caption id="attachment_1016957" align="alignnone" width="1024"]Foto: Andrés Lozano / KienyKe.com[/caption]
La madre del cadete Sandoval no podía contestar el celular por el temblor que le producía la angustia. Cerca de una hora después, un familiar que trabaja en la Policía los llamó y les dijo que se había podido comunicar con el joven y estaba bien, al menos vivo, que era lo que esperaban los cientos de familias retenidas por bandas amarillas en los alrededores de la escuela.
Al parecer, según creen los cadetes al interior de la escuela, los autores del atentado querían detonar el vehículo en una ceremonia de ascensos que se celebró en la mañana de este 17 de enero al interior de la institución; sin embargo, el vehículo conducido por José Aldemar Rojas Rodríguez llegó tarde para ese evento, pero su acción kamikaze dejó 11 uniformados muertos y más de 80 resultaron heridos.
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Al igual sucedió con otras madres, como Mayerly Lozano, que estaba lista para salir al trabajo cuando sus amigos la llamaron a contarle la trágica noticia. De inmediato abortó su rumbo y se dirigió hasta el lugar de los hechos. Ella tuvo que esperar más de tres horas para ver su hijo. Lo abrazó y rompió en llanto. No tuvo que mediar palabra, aunque su hijo Jonathan no podía hablar, el hecho lo dejó hermético.
[caption id="attachment_1016958" align="alignnone" width="1024"]Foto: Andrés Lozano / KienyKe.com[/caption]
Así también quedó Héctor, quien vive al costado oriental de la Escuela, en el barrio Primero de Noviembre. Estaba de pie en la sala cocinando el almuerzo cuando escuchó explotar los vidrios de su vivienda, sintió que quedó suspendido en el aire por unas milésimas de segundo y vio al fondo de su ventanal, entre los árboles del resguardo militar, una llamarada que se hinchó hacia el cielo y se apagó de inmediato.
Como él cientos de vecinos de los barrios Muzú, Santa Rita y Claret, al sur de Bogotá, sufrieron daños en sus casas. Salieron de inmediato a ver lo que había sucedido, pero las noticias contestaron sus preguntas, una masacre al interior de la institución educativa de la Policía.
El presidente Iván Duque, que se encontraba en viaje hacia Chocó, junto al ministro de Defensa Guillermo Botero, regresaron a la capital para esclarecer los hechos que aún están cubiertos de incertidumbre. Apenas, según declaraciones del fiscal Néstor Humberto Martínez, se logró establecer la identidad del inmolado terrorista que condujo el vehículo hasta el interior de las instalaciones.
[caption id="attachment_1016959" align="alignnone" width="1024"]Foto: Andrés Lozano / KienyKe.com[/caption]
Fue una camioneta de marca Nissan Patrol del año 1993 con matricula LAF565 la que entró a las 9:30 horas de la mañana rompiendo la valla de detención de vehículos y sorprendió a los guardias de una de las puertas ubicada sobre la Autopista Sur. El último registro que tienen las autoridades del vehículo es la revisión tecnicomecánica que se realizó a mediados de julio de 2018 en Arauca, departamento de Arauca. Los explosivistas de la Fiscalía indicaron que la camioneta bomba estaba cargada de 80 kilos de pentolita.
Según el fiscal, en las próximas horas se dará más información sobre lo ocurrido. Pero el clima de zozobra en Bogotá se mantiene, los helicópteros de la Policía surcan el cielo, mientras más familiares y acudientes de los jóvenes que esperan convertirse en héroes de la patria, esperan verlos sanos y salvos de una nueva y feroz arremetida del conflicto armado.
Bogotá, un día de incertidumbre por un atentado
Jue, 17/01/2019 - 14:24
Dayana Sandoval estaba en su casa, junto a su mamá, cuando vio en un noticiero de televisión que había ocurrido un atentado en la Escuela de Cadetes General Santander, como pudo salió directo para