Tras la firma del Acuerdo de Paz entre el Gobierno Nacional y la guerrilla de las Farc en 2016, se dispuso que los excombatientes de esta organización armada, tuvieran un espacio transitorio en el que iban dejar las armas, estos lugares se iban a llamar zonas veredales.
Pues bien, el 15 de agosto del 2017, se da formalmente la terminación de aquellas zonas y se abre el camino a los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR), siendo administrados por la ARN (Agencia para la Reincorporación y Normalización).
Allí los exguerrilleros de las Farc, iniciarían proyectos productivos con el objetivo de empezar su vida hacia la sociedad civil. Por lo que también, se busca que a través de estas iniciativas, las comunidades aledañas se vean beneficiadas.
En esta ocasión, Kienyke.com, en el marco del primer capítulo del programa ‘Hijos de la Guerra’, visitó uno de los 24 ETCR que hay en el país, más exactamente el de Mariana Páez, ubicado en el municipio de Mesetas, del departamento del Meta.
Allí pudimos conocer las formas de vida de quienes antes empuñaron las armas y ver sus proyectos de resocialización.
Para empezar, es importante mencionar que en el lugar habitan unas 200 familias entre madres cabeza de hogar, niños entre los 2 y 14 años, hombres y adultos mayores.
El lugar es todo un pequeño pueblo organizado, casas prefabricadas con techos de zinc, restaurante, panadería, canchas de tejo, cancha de micro, biblioteca, jardín y hasta salón comunal para eventos especiales.
La jornada empieza bastante temprano, todos los bienes y servicios de la comunidad tienen a una persona en cabeza del proyecto; por ejemplo la panadería del espacio territorial es la iniciativa de una familia de excombatientes, por lo que desde la mañana, ya están produciendo pan.
El mismo caso para el restaurante, una joven prepara caldo de costilla y huevos al gusto desde las 8:00 de la mañana. Quien quiera desayunar deberá pagar 10 mil pesos y contribuye con los emprendimientos. Es una especie de cooperativa en el que el dinero en gran porcentaje, se mueve al interior del lugar.
Algunos de los negocios más significativos del ETCR son: la transformación de caña panelera, turismo comunitario, producción del café, ganadería, entre otros.
Y es que debido a la cercanía a balnearios de deslumbrante naturaleza, los integrantes del ETCR construyeron una zona hotelera en la que colombianos y extranjeros pueden quedarse, en su recorrido por lagos, ríos y deportes extremos que tiene la región.
La piscicultura también tiene su negocio, hay criadero de peces que se comercializa tanto con los habitantes del sector como con plazas de mercado y restaurantes; de la misma manera ocurre para quien emprendió con la ganadería, vende sus reses o la carne de sus novillos a carnicerías del corregimiento o las zonas urbanas.
Hasta el “chupe” tiene negocio, tras jornadas largas de trabajo, algunos acuden a la cantina a beber una que otra cerveza o cualquier aperitivo. En todo caso, lo que antes era un territorio de combates entre guerrilla y Estado, hoy el trabajo y la paz atrapan a esta pequeña sociedad, un pueblo que pide una nueva oportunidad.
No se pierda este domingo 28 de mayo, el estreno del primer capítulo de 'Hijos de la Guerra', con un personaje que estuvo en las entrañas de las Farc.