Cada año, el 9 de abril marca una fecha de profunda reflexión y conmemoración en Colombia: el Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas del Conflicto Armado.
Esta jornada no solo representa un recordatorio de los horrores vividos por millones de personas a lo largo de décadas de conflicto armado, sino también un llamado a la solidaridad y a la construcción de una sociedad basada en la reconciliación y el respeto por los derechos humanos.
Este día coincide con la tragedia que sacudió al país en 1948, conocida como el "Bogotazo". El asesinato del líder político Jorge Eliécer Gaitán desencadenó una ola de violencia que dejó miles de muertos y marcó el inicio de un período de conflicto armado y convulsión social que perduró por décadas. Sin embargo, el 9 de abril también se convirtió en un símbolo de resistencia y lucha por la justicia.
La importancia de esta conmemoración radica en varios aspectos fundamentales. En primer lugar, sirve como un acto de memoria colectiva, destinado a honrar a las víctimas y recordar las atrocidades cometidas durante el conflicto armado.
Según cifras del Centro Nacional de Memoria Histórica, más de 8 millones de personas fueron víctimas de desplazamiento forzado, mientras que al menos 260.000 perdieron la vida. Estas cifras son estremecedoras y nos recuerdan la urgencia de enfrentar el pasado para construir un futuro más justo y pacífico.
Además, el Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad también cumple un papel crucial en la construcción de la paz. La reconciliación y la justicia son pilares fundamentales para superar las divisiones y los resentimientos que han dejado cicatrices en la sociedad colombiana.
Reconocer el sufrimiento de las víctimas y trabajar por su reparación es esencial para avanzar hacia una paz duradera y sostenible.
En este sentido, la labor de instituciones como la Comisión de la Verdad y el Centro Nacional de Memoria Histórica es fundamental.
La Comisión de la Verdad fue creada en el marco del acuerdo de paz de 2016 entre el gobierno colombiano y las FARC-EP, con el objetivo de esclarecer los hechos ocurridos durante el conflicto y promover la reconciliación.
Por su parte, el Centro Nacional de Memoria Histórica se dedica a recopilar y preservar la memoria de las víctimas, así como a promover la investigación y la educación en torno al conflicto armado.
Las cifras y testimonios recopilados por estas instituciones son esenciales para comprender la magnitud del sufrimiento causado por el conflicto, pero también para reconocer la resiliencia y la dignidad de las víctimas. A través de la memoria y la solidaridad, se busca construir una sociedad más justa y equitativa, donde se respeten los derechos humanos y se promueva la convivencia pacífica.
Sin embargo, es importante destacar que la conmemoración del Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad no debe limitarse a un día en el calendario, es un compromiso constante que implica trabajar día a día por la justicia, la reconciliación y la no repetición.
De modo que el 9 de abril no es solo una fecha de duelo, sino también de esperanza y compromiso con la construcción de la paz. Recordar a las víctimas del conflicto armado y trabajar por su dignificación y reparación es una tarea urgente y necesaria para garantizar que los horrores del pasado no se repitan.
