Caracol Televisión ha sido el hogar de grandes momentos humorísticos durante más de cuatro décadas, y uno de sus programas más icónicos, Sábados Felices, ha contribuido a la cultura del entretenimiento en el país. Sin embargo, el reciente fallecimiento de La Gorda Fabiola, quien dejó este mundo el pasado 19 de septiembre a los 61 años, ha marcado un profundo luto en el corazón de la televisión colombiana.
La comediante, conocida por su inigualable carisma y su capacidad para hacer reír, formó parte del elenco del legendario programa de humor por décadas, convirtiéndose en una figura entrañable para el público. Tras su partida, su esposo Nelson Polania, conocido como Polilla, regresó al trabajo para compartir su duelo y rendir homenaje a la mujer con quien compartió 28 años de vida y risas.
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En su regreso, el humorista expresó las complejidades de retomar su labor en un ambiente destinado a la diversión, un desafío emocional tras la pérdida de la Gorda Fabiola. “Regresar a trabajar tiene varias aristas, sobre todo cuando tu actividad es entretener. No es fácil transformar la pena en una carcajada”, comentó, revelando la lucha interna entre el dolor y la necesidad de seguir adelante.
Polilla, quien también ha sido una voz destacada en Caracol Radio con su programa La Luciérnaga, destacó la conexión emocional que tiene con sus compañeros y el impacto que la memoria de La Gorda Fabiola sigue teniendo en su vida y en su trabajo. “Los espacios, los recuerdos de mis compañeros, las conversaciones que te rememoran a cada instante... todo me hace recordarte”, expresó, subrayando que, aunque la tristeza lo acompaña, el humor es un bálsamo para el alma.
Sus seguidores y amigos han elogiado su valentía y su determinación por continuar con su carrera, a pesar del dolor de haber perdido al amor de su vida. Para Polilla, el legado de La Gorda Fabiola no solo perdura en su memoria, sino también en su hijo, David Polania, quien simboliza el vínculo inquebrantable entre ambos.
El regreso de Polilla a la televisión no solo es un retorno a su espacio habitual, sino también un tributo a la risa y la alegría que La Gorda Fabiola compartió con el mundo. En sus palabras, “una sonrisa es la puerta del alma”, y con su humor, él promete seguir adelante, honrando así la memoria de su compañera y amiga.