Inti Jacanamijoy se alza en la industria del cine como una joven promesa, de la misma familia del artista Carlos Jacanamijoy, en su ascendente carrera ha destacado con sus diversos cortos, por ejemplo: ‘La Manuela’, selección oficial Panorama de Cine Colombiano de Paris, The Colombian Film Festival NYC, Festival de Cine Corto de Popayán, entre otros, o ‘El Caminante’, selección oficial Bogoshorts en la competencia documental y Sentir, corto adquirido por Cine Colombia para su distribución en salas de cine nacionales.
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Ahora este cineasta se estrena en el formato de largometraje con ‘Los sueños viajan con el viento’, que hizo desde su propia casa productora ‘La Cueva’. Esta obra está inspirada en su familia y sus raíces, muestra la historia de su abuelo materno, José Agustín, que cuando era apenas un niño fue arrebatado de su madre y su cultura, imponiéndole unos valores religiosos que no correspondían a los suyos.
En esta película, Inti Jacanamijoy acompaña a su abuelo a volver a su tierra natal mientras se enfrentan a un recorrido multisensorial que le permite reconciliarse con su pasado y abrirse a un etéreo futuro. KienyKe.com conversó con el director para conocer todos los detalles de este interesante proyecto.
KienyKe.com: ¿Cómo surgió la idea de hacer esta película?
Inti Jacanamijoy: Esta película empezó hace unos seis años aproximadamente. Yo tengo una ascendencia indígena por parte de mis padres, por parte de mi madre tengo una ascendencia arhuaco y wayúu, del norte de Colombia, y por parte de mi papá tengo una ascendencia del pueblo inga del sur del país, y yo nací en Bogotá, me crie en Bogotá y siempre estuve como… mi pensamiento, porque por mi colegio y por todo esto, muy dirigido a pensar en Europa, que allá tenía que desarrollar mi vida, mi pensamiento. Yo fui a estudiar cine allá y cuando terminé de estudiar cine empecé a hacerme muchas preguntas, sobre cuáles son las películas que yo quería hacer, desde dónde las quería hacer y cuáles eran los temas que realmente me interesaban, y en ese momento me di cuenta que lo que estaba pensando, un poco la educación del cine que estaba teniendo en ese momento, se alejaba un poco de lo que yo era, era una educación bien francesa en muchos sentidos y en ese momento yo estaba empezando a pensar en francés, entonces entré en crisis existencial, una crisis identitaria y fue en ese momento, finales de 2017, en donde decidí volver porque sentía una grandísima desconexión de lo que yo era, de mi historia familiar.
Llevaba aproximadamente unos 12 años sin ver a mis abuelos, realmente no conocía su historia, no sabía quiénes eran más allá de saber las historias que me contaban mis papás, no había ido a visitarlos por muchas circunstancias de la vida y también por desinterés, entonces volví a Colombia, lo primero que hice fue ir a la casa de mis abuelos maternos en el norte del país, mi abuelo materno se llama José Agustín Iguarán y ahí también está mi abuela, y en ese momento empecé a construir una relación con ellos, me empecé a dar cuenta de la herencia indígena que tengo, de su importancia en mi vida y también empecé a escuchar la historia de mi familia que ha sido marcada por muchos temas, pero sobre todo la evangelización, mi abuelo cuando tenía solamente nueve años de edad fue arrebatado de los brazos de su madre, fue llevado a una misión capuchina católica en la Sierra Nevada de Santa Marta y desde entonces nunca volvió a vivir en La Guajira, nunca volvió a ver a su madre y fue un acto de violencia muy fuerte y eso lo marcó un montón, y al escuchar esa historia me di cuenta que él y yo, a pesar de que estamos con nuestra diferencia cultural, diferencia generacional, más allá de nuestro vínculo de nieto – abuelo, estábamos un poco en esa misma búsqueda que era la de nuestra identidad y de nuestro origen, yo con eso me identifiqué un montón y fue en esa sensación de nostalgia donde empezó a surgir la idea de hacer la película.
Realmente fue un poquito después, cuando yo tuve también muchos procesos personales internos en donde entendí que la película también era la oportunidad de darle a mi abuelo un sueño, la oportunidad de vivir en vida su sueño más preciado que es tener un segundo entierro wayúu, que es el evento más importante para los Wayúu y es que siete años después de su muerte ellos le hacen un segundo entierro, hay una exhumación de los huesos y se dice que cuando le hacen la exhumación los llevan al cementerio donde está su madre, él se puede reencontrar con su mamá y para él es como esa nostalgia, esa emoción, ese deseo de reencontrarse con su madre en su muerte y para mí al escuchar eso me di cuenta que ahí había una película y también que yo tenía un lugar en esa historia.
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KyK: ¿Cuál es el resultado que ves posterior a realizar toda esta experiencia?
IJ: Creo que a nivel personal es como una gran sensibilidad de entender, pues primero en el país en el que estamos viviendo, que es un país muy racista en muchos sentidos, que muchos fragmentos de la historia de este país no se conocen, por ejemplo, todos los procesos de la evangelización, todos los procesos que vivieron los pueblos indígenas, eso es algo que no se habla casi porque se pasa muy por alto.
Yo creo que también es conectarse con eso, con la historia indígena que ha pasado últimamente, también he podido reconocer todas las luchas que se están haciendo tanto a niveles cinematográficos, a niveles de cómo también diferentes pueblos indígenas están utilizando el cine para hacer una reivindicación de su identidad, de su historia y que ellos ya están listos para contar su historia, que no necesitan otra persona para contarlo. Haciendo esta película, conociendo a mucha gente, hablando con muchas personas, pude ver eso de primera mano.
Aunque yo digo también que en esta película yo no pretendo hacer una película sobre los wayúu, ni los arhuacos, los respeto mucho, pero mi película es más una película familiar, es una película sobre un nieto y un hijo que quieren entender el sentido de la muerte y quieren encontrar un origen, pero también, más a nivel artístico, encontré también un camino que es narrar mis películas desde el vínculo familiar, encontrar en esos vínculos familiares respuestas a mis preguntas existenciales, respuestas a mis preguntas artísticas y cómo puedo empezar a dialogar y a crear un universo que exista entre el mundo de los muertos, el mundo de los vivos, el mundo de los sueños, lo real.
