Pálida y helada quedó Nanis Ochoa cuando, luego de un par de premisas del 'gordito' Ariel', le fue proyectada la imagen de un beso, con los rostros borrosos, de una mujer rubia con camisa verde satinada y un hombre de pelo rizado y corto con chaqueta de cuero.
Ariel no dejó poner adjetivos a la situación y fue cercando, con fiereza, a su compañera de set, insinuando desde el principio que suele ir a restaurantes para tener encuentros con algo de clandestinidad.
Le preguntaba una y otra vez si sabía de quién podría tratarse, pero, antes de revelar él mismo la fotografía, removiendo las mascarillas borrosas, Ochoa dijo que se trataba de ella, no ocultando en lo más mínimo su incomodidad, pues quedó absolutamente vulnerable ante la encerrona que le pusieron sus compañeros de trabajo.
“Esta semana ha sido superpesada para mí. Aquí me contrataron para presentar, entonces me parece injusto. Esa foto es mía, lo voy a reconocer. La verdad me siento irrespetada, esto puede pasar en cualquier otro medio, pero se supone que ustedes son mis compañeros”.
El 'gordito' insistió en que esas son las noticias que suelen dar, de entretenimiento, y que nada tiene que ver que Ochoa trabaje allí pues es, en últimas, una figura pública, como aquellas sobre las que 'Lo sé todo' pone sus cámaras.
“Entiendo tu situación y lo mediático por lo que has pasado. Pero, acá, las noticias de entretenimiento son de entretenimiento, el video llegó a nuestra sala de redacción, era exclusivo y teníamos que presentarlo. Te sugiero que midas tus contenidos y tus acciones”.
En las redes sociales el drama se convirtió en debate y la escena transmitida en vivo ha sido objeto de críticas que plantean una vez más la discusión sobre la legitimidad de los programas de chismes.