La tensión sigue aumentando y, centenares de camioneros colombianos han decidido tomar las calles y bloquear parcialmente cinco de las principales carreteras del país en las últimas horas.
La protesta, motivada por el reciente aumento en los precios del diésel, ha generado un impacto significativo en varios departamentos clave de Colombia, particularmente en Santander, Norte de Santander, Boyacá, Cundinamarca y Nariño.
Impacto en las carreteras y economía regional
Cabe destacar que desde el pasado sábado, el precio del diésel, conocido localmente como ACPM, experimentó un incremento de 6.000 pesos (aproximadamente 1,44 dólares), que se implementará en tres fases semestrales.
Este ajuste elevó el precio promedio del galón de diésel a 11.360 pesos (unos 2,73 dólares). La medida, anunciada por el ministro de Hacienda Ricardo Bonilla, busca ajustar el costo del combustible a las necesidades fiscales del país.
El aumento en los precios ha desatado una ola de manifestaciones por parte de los transportadores, quienes argumentan que el incremento será perjudicial para sus operaciones y, por ende, para la economía regional. Las manifestaciones han llevado a bloqueos en las principales rutas de transporte, afectando la movilidad y el comercio en varios departamentos.
¿Cuáles son los departamentos con más bloqueos?
1. Santander:
En Santander, los bloqueos se concentran en las carreteras que conectan Bucaramanga con otras ciudades importantes. Las rutas afectadas incluyen la Pamplona-Bucaramanga y la Bucaramanga-Rionegro, así como el tramo Bucaramanga-La Lizama-Barrancabermeja.
Estos bloqueos han interrumpido el transporte de mercancías y personas, generando un impacto considerable en la economía local, especialmente en el sector comercial y de transporte.
2. Norte de Santander:
La región ha sido severamente afectada, particularmente en la carretera Pamplona-Bucaramanga. La congestión y los bloqueos han ralentizado el paso de vehículos, dificultando el suministro de bienes y servicios esenciales.
Los comerciantes locales han expresado su preocupación por el posible aumento en los precios de los productos debido a la interrupción en la cadena de suministro.
3. Cundinamarca:
En Cundinamarca, las manifestaciones han impactado el acceso a la capital, Bogotá. Los bloqueos en la salida de la ciudad han causado retrasos en la distribución de productos y afectado la logística de transporte, poniendo en riesgo la disponibilidad de alimentos y otros bienes en la región.
4. Boyacá:
Aunque menos severamente afectado en comparación con otras regiones, Boyacá también ha experimentado interrupciones en el tránsito debido a las manifestaciones. Esto ha afectado la movilidad dentro del departamento y hacia otros destinos importantes.
5. Nariño:
La situación en Nariño es igualmente preocupante, con bloqueos que han interrumpido el flujo de transporte entre Pasto y otras ciudades clave. Las dificultades en el transporte han generado un efecto dominó en la disponibilidad de productos y servicios, exacerbando la crisis en la región.
Reacciones del Gobierno y el sector
El Gobierno colombiano, a través del Puesto de Mando Unificado (PMU), ha instado a los manifestantes a facilitar la movilidad de vehículos esenciales, como los de emergencias y alimentos perecederos. Los ministros del Interior, Transporte, Hacienda, Minas y Justicia, junto con la Procuraduría, la Policía y otras entidades, están trabajando para gestionar la situación y minimizar el impacto de las protestas.
El Ejecutivo ha hecho un llamado al diálogo y ha reiterado que el ajuste en el precio del diésel es necesario para la sostenibilidad económica del país. No obstante, el malestar de los transportadores sigue siendo palpable, y las mesas de trabajo establecidas para abordar el conflicto continúan en sesión.
El paro de camioneros en Colombia destaca la tensión entre la necesidad de ajustes económicos y el impacto en las operaciones diarias de los transportadores y la economía regional. Los bloqueos han puesto de relieve la vulnerabilidad de las cadenas de suministro y la necesidad de encontrar soluciones que equilibren las necesidades fiscales del país con las realidades del sector del transporte.