
En el último informe trimestral de la ONU sobre los avances del acuerdo de paz de 2016, si bien se destacan algunos resultados como que más del 85% de los excombatientes de la extinta guerrilla de las FARC se mantienen en los programas de reincorporación, también hay preocupación sobre la creciente violencia en zonas como El Catatumbo.
Según se informa en el documento conocido el pasado lunes, 7 de abril, los resultados de esta política ni son “tangibles” ni “sostenibles”, junto con los avances en los nuevos procesos de diálogo que ha implementado el Gobierno Nacional con los grupos armados que aún tienen alta presencia en el país.
“Confío en que el Gobierno haga los ajustes necesarios para priorizar aquellos procesos de diálogo político con potencial para proporcionar beneficios tangibles a las comunidades afectadas. También debe tenerse en cuenta en qué medida permiten una mayor presencia del Estado, en consonancia con el Acuerdo y las actuales políticas de seguridad”, destacó el secretario General de la entidad, Antonio Guterres.
Si se fija la mirada directamente en la política de paz total, una de las banderas de la campaña del presidente Petro, tan solo hasta el fin de semana pasado se logró un desarme parcial del Frente Comuneros del Sur, una facción disidente del ELN que tiene injerencia en Nariño, pero fracasó la búsqueda de una salida política al conflicto con el total de ese grupo armado, que por el contrario aprovechó para recrudecer sus acciones violentas en el país.
Una de las preocupaciones que han expresado desde la ONU es que se ha evidenciado un incremento en la violencia del país, aunque destacan que sigue lejos de los momentos más violentos que ha vivido el territorio nacional.
“La situación actual de seguridad en varias regiones del país es preocupante y requiere atención urgente. Es sumamente importante implementar las disposiciones sobre garantías de seguridad contenidas en el Acuerdo de Paz, pues ofrecen un marco claro e integral para enfrentar los factores y efectos de la violencia que han afectado particularmente a comunidades rurales, líderes sociales, excombatientes, mujeres, niños y niñas indígenas y afrocolombianos”, indicó Guterres.
El secretario expresó su preocupación por la situación de violencia que se desató desde mediados de enero en El Catatumbo, donde el ELN comenzó una lucha de fuego contra el Frente 33, una de las disidencias nacidas de la extinta guerrilla de las FARC. Una lucha por el control de rutas de narcotráfico a través de Venezuela.
En el informe se indica también que “Ha puesto de relieve la persistencia de desafíos y factores estructurales que sustentan la violencia en las regiones afectadas por el conflicto, y que el Acuerdo Final pretende abordar, tales como la limitada presencia del Estado y la presencia de economías ilegales, en particular de cultivos ilícitos. Esta situación, observa, ha renovado los llamados para acelerar la implementación del Acuerdo”.