Los negociadores del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en los diálogos de paz con el Gobierno de Colombia aseguraron este viernes en un comunicado que las conversaciones para un cese al fuego avanzan con "rigurosidad".
La delegación del ELN emitió esta nota en el décimo día de contactos con el Gobierno colombiano en La Habana, sede del tercer ciclo de diálogos entre las dos partes tras los celebrados en Venezuela (noviembre) y México (marzo). El contenido de las conversaciones es confidencial.
"Queremos que el país sepa que hay avances en esta mesa, pero que la celeridad no puede ser enemiga de la rigurosidad", aseguró el jefe negociador del ELN, Israel Ramírez, alias Pablo Beltrán.
El objetivo de su equipo, recalcó, es "evitar cometer errores de los procesos fallidos a los que se ha sometido al país".
Según el ELN, hasta el momento se ha avanzado en la concreción del cese al fuego bilateral y en el punto de la participación de la sociedad civil en el proceso de paz, dos de los tres asuntos agendados para este tercer ciclo de contactos entre las partes. El tercero son los alivios humanitarios.
También se ha hecho una "minuciosa revisión" sobre el "grado de cumplimiento de los aspectos comprometidos" por las partes en las dos rondas previas.
"Los acuerdos deben ser sólidos porque en esta mesa las partes nos hemos comprometido a que lo que se acuerda se implementa", señaló Beltrán.
A este respecto este jueves se aprobó un acuerdo interno entre el ELN y el Gobierno colombiano sobre fórmulas de implementación y responsabilidades.
El ELN calificó este jueves de "imprescindible" alcanzar un acuerdo de cese al fuego bilateral que incluya a "las fuerzas paraestatales y grupos criminales actúan contra las comunidades" y contra la guerrilla.
No hizo mención al asesinato este jueves del comandante de policía de El Tarra, Edison Andrés González, en la región colombiana de Catatumbo, fronteriza con Venezuela.
Los contactos entre el Gobierno colombiano y el ELN comenzaron en 2017 en Quito bajo la presidencia de Juan Manuel Santos, quien venía de firmar la paz en 2016 con las ahora desmovilizadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Al año siguiente continuaron en La Habana, sede también del proceso previo con las FARC, pero fueron suspendidos por el presidente Iván Duque en 2019 tras el atentado del ELN contra una escuela de cadetes de Bogotá.
Los diálogos se retomaron el año pasado, con la llegada del actual mandatario colombiano, Gustavo Petro.