Ad portas de celebrar Halloween en plena pandemia, muchos buscan o recuerdan las historias o personajes más terroríficos y es imposible olvidar uno tan tenebroso como misterioso, el conde Drácula. Sacado de la novela más popular de Bram Stoker, su escenario más llamativo sería el castillo de Bran, que existe en la realidad en Transilvania, en el centro de Rumania.
A pesar de que las medidas de bioseguridad hacen difícil el tránsito turístico por el mundo, es posible conocer un poco más del interior de esta mítica construcción de maneral virtual. El castillo yace en una colina en Transilvania, sus torres y campanarios decorados con azulejos color terracota se ven por encima de los árboles de los Cárpatos en este país de Europa Oriental.
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Algunos afirman que Vlad Tepes, conocido también como Vlad el Empalador, pudo haber pasado un tiempo en esta fortaleza del siglo XIV como prisionero, otros dicen que la atacó. Stoker, un novelista irlandés, creó su vampiro a partir de la historia de este príncipe del siglo XV.
Ahora viajeros de todo el mundo acceden a las zonas rurales de Transilvania para sentirse como uno de los personajes de la mencionada novela, incluso hay compañías de viaje que reservan el Castillo de Bran para fiestas en Halloween, con tragos “sangrientos” y un DJ.
La historia hasta ahora suena confusa, teniendo en cuenta que Bran Stoker nunca visitó esta región rumana, mucho menos el Castillo de Bran, ¿Cómo es que este castillo se conoce como el Castillo de Drácula?
“En los 1960s, cuando Rumanía era dirigida por un gobierno comunista, sus zares de turismo decidieron que asociar el lugar con Vlad Tepes tendría ventaja”, dice el historiador local Nicolae Pepene.
“Ellos buscaron todos los castillos disponibles y decidieron que este castillo en Bran, que custodiaba el único paso de montaña que corre entre Transilvania y Valaquia, parecía lo suficientemente gótico".
En alguna noche de otoño sin luna, el imponente castillo podría en serio parecer la guarida del príncipe Drácula, pero a la luz del día el escenario pareciera ser la vivienda de alguna reina, que así fue en realidad en algún momento, la reina María de Rumania, tuvo este castillo de 57 habitaciones a modo de hogar, desde 1920 hasta 1938.
Detrás de sus poderosos muros, el castillo revela una extensa variedad de habitaciones acogedoras, un patio interior con balcón y un pozo, incluso una escalera secreta a una biblioteca con paneles de madera. En alguna ocasión, la excéntrica nieta de la reina Victoria de Inglaterra expresó: “Su solicitud me atraía”.
Esto demuestra que el supuesto castillo de Drácula en la vida real no tiene nada de aterrador, las lejanas tierras de Rumania simplemente inspiraron al imaginativo Bram Stoker.
“Realmente no importa si los visitantes del castillo tienen sus mentes llenas del mito de Drácula o las historias de la reina María de Rumania”, dice Pepene. “Al final, ellos viajan hasta aquí para experimentar un fragmento de esos viejos tiempos”.