Viajar y conocer París, Francia, está en los planes de antes de morir de muchas personas. Sin embargo, es un destino que es conocido por los gastos que representa al viajero, además, al ver la indudable belleza de la ciudad espontáneamente dan ganas de seguir invirtiendo más dinero en la experiencia.
Afortunadamente, hay algunos consejos que el turista de presupuesto limitado puede tener presente para evitar los dolores de cabeza económicos.
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En cuanto a la cultura, en la capital francesa existen exposiciones permanentes a lo largo de los catorce museos municipales que afortunadamente son gratuitas, incluyendo la casa de Víctor Hugo en la Plaza de los Vosgos, el Museo Carnavalet, reconocido por mostrar la historia de París en un destacable palacio urbano en el barrio Marais, así como el Museo de Arte Moderno.
Michael Neubauer, autor de una guía turística especializada, recomienda adquirir el pase de museos, que tiene un valor de unos 42 euros, para dos, cuatro o seis días, “El pase otorga condiciones de ingreso especiales y permite evitar así las filas”, recomienda.
En caso de desear ir a teatro o algún tipo de cabaret, la oficina de turismo de París aconseja acercarse a alguna de las tres boleterías que venden entradas más económicas el mismo día de la función.
Estas se encuentran en el Teatro de La Madeleine, frente a la estación de trenes de Montparnasse y en la Place des Ternes. Asimismo, cada noche en la Ópera de la Bastilla, hora y media antes de la función, ofrecen 32 lugares de pie por solo cinco euros.
Hablando de la comida, un aspecto tan afamado en París, es imposible conformarse solo con una crepa o algún pan baguette. La oficina de turismo da el tip, para aquellos que quieren una experiencia más completa, reservar una mesa en una de las escuelas de gastronomía de la ciudad.
“Allí los chefs del futuro aprenden a preparar recetas sofisticadas, dignas de los mejores restaurante”, el precio de una comida en estos establecimientos cuesta desde 15 hasta 30 euros, asimismo, la copa de vino se cobra a precio de costo, usualmente.
El alojamiento es otro tema a tener presente, además que los hoteles no son nada baratos en esta ciudad europea. Si se trata de una familia, lo mejor podría ser rentar un apartamento para cuidar los gastos.
“Los departamentos privados casi siempre tienen una cocina, en la que se puede desayunar café con croissant y preparar por la noche una buena cena”, menciona Denise Urbach, editora de la guía turística digital HelpTourists.
