Con el paso de los años, el envejecimiento de la piel es inevitable. La flacidez, la pérdida de elasticidad y la aparición de arrugas, particularmente después de los 35 años, son señales naturales del envejecimiento cutáneo. Sin embargo, para aquellos que desean lucir más jóvenes, la cirugía plástica ha desarrollado diversas técnicas.
Una de las más efectivas es la ritidoplastia o lifting facial, un procedimiento quirúrgico que ha ganado gran popularidad en los últimos años, según estimaciones publicadas por la 'International Society of Aesthetic Plastic Surgery' (ISAPS). La ritidoplastia es una técnica quirúrgica utilizada para reposicionar las estructuras faciales que con el tiempo pierden firmeza.
Este procedimiento no solo se enfoca en la piel superficial, sino que trabaja en las capas más profundas del rostro, logrando resultados que van más allá de la simple corrección estética. Según el Dr. Luis Devoz, miembro de la 'American Society of Plastic Surgeons' y de la 'Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica', la ritidoplastia permite rejuvenecer el tercio superior, medio e inferior de la cara, así como el cuello.
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¿En qué consiste la ritidoplastia?
El Dr. Devoz explica que el procedimiento involucra una incisión que comienza en la parte frontal de la oreja, se extiende por delante y continúa hacia la parte posterior, quedando mayormente oculta por el cabello y el borde natural que separa la piel de la mejilla con la oreja.
Esto asegura que las cicatrices sean discretas. El objetivo es reposicionar las estructuras profundas del rostro, utilizando técnicas avanzadas como el 'deep plane', que permite trabajar más allá de la piel superficial y ofrece resultados más duraderos y naturales.
¿Qué esperar después de la cirugía?
Los pacientes suelen notar una mejora inmediata tras la intervención, aunque el proceso de desinflamación puede llevar algunos meses.
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Según el Dr. Devoz, el resultado final suele apreciarse a los tres meses, y la cirugía puede rejuvenecer el rostro entre 10 y 15 años. El postoperatorio es clave para obtener los mejores resultados, por lo que se recomienda seguir al pie de la letra las indicaciones del cirujano, como el uso de analgésicos y antibióticos para prevenir infecciones, además de mantener la cabeza elevada para reducir la inflamación.
La primera semana posterior a la cirugía puede presentar algunos hematomas, los cuales se desvanecen progresivamente. Los pacientes pueden regresar a sus actividades habituales entre los días 10 y 15 tras la intervención.
