Tiempos tan complejos, como lo es la pandemia provocada por el coronavirus, generan medidas desesperadas, así lo demuestra la nueva tendencia sexual que se populariza durante estos meses de precaución y encierro.
El aislamiento social ha dado una nueva oportunidad a los fabricantes de muñecos y robots sexuales.
De esta manera, Realbotix, una empresa que elabora este tipo de muñecos, sostiene que ha presentado un aumento del 50% de sus ventas durante la coyuntura del Covid-19, así lo refleja un artículo de Five Media.
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Pero esta no es la única compañía que ha visto el éxito durante la pandemia, también otras fábricas del mismo sector en países como Canadá y Australia.
El mencionado texto incluye testimonios de personas que adquieren estos tipos de juguetes, algunos lo hacen a modo de tener compañía en momentos de ansiedad y desesperación, pero otros se concentran en el beneficio sexual de estos robots o personajes de juguete.
A partir de estos artículos, podría decirse que es una tendencia sexual que no será pasajera y que está aquí para quedarse, además, no son solo los hombres los que deciden hacer estas compras, hace un tiempo el 90% de los usuarios de robots sexuales eran hombres heterosexuales, así lo indica el reportaje, pero ahora las mujeres son cada vez más las que se atreven a vivir esta curiosa experiencia.
En estos momentos el mercado de muñecos sexuales es bastante variado y no discrimina género u orientación sexual, esta es una forma de anticipación a la creciente demanda de estos juguetes y que se espera siga creciendo en las próximas décadas.
En el mismo artículo, Michelle Mars, una sexóloga, indica que para el 2050 el sexo con robots será de lo más convencional y que esta revolución será impulsada por las mujeres.
Por ahora existen desde muñecos básicos hasta robots más complejos con Inteligencia Artificial, capaces de realizar diferentes movimientos y expresiones.
Asimismo, tienen la opción de chat para sostener conversaciones, recuerdan gustos, disgustos, hasta detalles de la familia del usuario.
Los impulsadores de esta tendencia sexual creen que los robots sexuales serán capaces de autoestimularse y lubricarse, además tienen torsos y caderas con movimientos propios.
