La crisis humanitaria en el departamento de Chocó se ha visto intensificada por un nuevo paro armado del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que ha dificultado gravemente la llegada de ayuda a las más de 37,000 familias damnificadas por las intensas lluvias que han azotado la región.
La gobernadora Nubia Córdoba denunció que tanto el ELN como el Clan del Golfo están bloqueando la entrega de ayuda humanitaria en una de las regiones más golpeadas por la emergencia climática en Colombia.
Emergencia Humanitaria en Chocó
La situación en Chocó es desesperante. Aproximadamente el 87% del territorio ha sido afectado por las lluvias torrenciales que han provocado desbordamientos, inundaciones y deslizamientos de tierra, dejando a más de 37,000 familias sin hogar ni recursos básicos.
La crisis ha generado una grave escasez de alimentos, agua potable y combustibles, lo que agrava la situación de los damnificados, quienes se ven obligados a recurrir a fuentes de ayuda externa para sobrevivir.
En medio de este panorama de desastre natural, la gobernadora Nubia Córdoba ha expresado su preocupación por la creciente dificultad para coordinar y distribuir la ayuda humanitaria. En una entrevista con Blu Radio, Córdoba señaló que el paro armado del ELN ha interferido directamente con los esfuerzos del gobierno para llevar alimentos y suministros a las zonas más afectadas. "Es crítico cómo el paro armado interfiere con la atención humanitaria. La gente intenta salir para conseguir alimentos y combustibles, pero los devuelven sin permitirles abastecerse", lamentó la gobernadora.
El paro armado del ELN, que comenzó la semana pasada, ha paralizado varias vías cruciales para el transporte de ayuda, y las autoridades locales han alertado que, debido a la falta de seguridad en las carreteras, muchos camiones de asistencia no han podido llegar a las comunidades más necesitadas. Además, las familias damnificadas no pueden desplazarse para buscar alimentos o asistencia médica, ya que las rutas están siendo bloqueadas por los grupos armados.
Críticas a la Gestión del Riesgo de Desastres
A la crisis humanitaria generada por el paro armado, se suma la crítica de la gobernadora Córdoba hacia la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), el organismo encargado de coordinar la respuesta del gobierno ante emergencias naturales. Según Córdoba, la UNGRD no ha estado a la altura de la magnitud de las tragedias que ha vivido Chocó este año, especialmente en las cuatro emergencias graves que han afectado al departamento en 2024.
"La UNGRD es la entidad que debería coordinar la acción del Estado ante situaciones como esta, pero hasta ahora no hemos recibido el apoyo necesario", sostuvo la gobernadora, quien enfatizó que la ayuda ha sido insuficiente y que las respuestas del gobierno no han sido oportunas.
El paro armado y su contexto político
Este nuevo paro armado del ELN en Chocó se produce en un contexto de tensiones políticas en Colombia. La guerrilla del ELN y el gobierno nacional habían retomado recientemente las conversaciones de paz después de varios meses de interrupción, pero el grupo armado ha decidido continuar con sus acciones violentas como respuesta a las operaciones militares del Ejército, lo que incluye la imposición de paros armados en varias regiones del país, entre ellas Chocó.
Este paro es el tercero que se presenta en la región en los últimos cinco meses, lo que pone en evidencia la difícil situación de seguridad que enfrentan tanto las autoridades como las comunidades. Los paros armados no solo afectan la seguridad de los habitantes, sino que también interfieren con los esfuerzos humanitarios en una región ya vulnerable por su geografía selvática y su aislamiento.
Impacto de las lluvias y la respuesta internacional
Las lluvias, que en las últimas semanas han afectado especialmente a Chocó, La Guajira y Bogotá, se suman a un patrón de desastres climáticos que han puesto de relieve la fragilidad de las infraestructuras en estas zonas del país. Las constantes inundaciones y deslizamientos han dejado a miles de personas desplazadas y han ocasionado la pérdida de cultivos, viviendas y otras fuentes vitales de subsistencia.
Mientras tanto, organizaciones internacionales y organismos de ayuda humanitaria han expresado su preocupación por la falta de acceso a las zonas afectadas debido a los bloqueos y la inseguridad generada por los grupos armados. Estos bloqueos no solo dificultan la distribución de alimentos y medicinas, sino que también retrasan las labores de evacuación y atención a las personas más vulnerables.