Un hipopótamo adulto fue visto rondando un caserío en jurisdicción de Puerto Triunfo, Antioquia. El enorme animal caminó y recorrió el barrio, pero no se reportaron ataques contra ningún habitante de la comunidad. Sin embargo, es bien conocido que son animales salvajes que pueden ser muy agresivos y letales por la fuerza de su cuerpo y mandíbula.
Los ladridos de los perros ahuyentaron el animal que lucía desorientado en medio del caserío. Según la Alcaldía de Puerto Triunfo, hay 130 hipopótamos en este municipio y cada vez es más frecuente que se reporten avistamientos en el casco urbano del municipio.
Al parecer, la presencia de los hipopótamos se ha convertido en un atractivo turístico en el municipio y algunos turistas y locales se arriesgan a alimentar a los animales con frutas y verduras, algo que podría hacer que estos le pierdan el miedo a los humanos y por ende se acerquen más a las zonas pobladas a deambular en búsqueda de comida.
Vale la pena recordar que en la década de los 80, Pablo Escobar trajo al país varios hipopótamos y estos se reprodujeron con gran facilidad hasta generar esta población que se le está saliendo de control a las autoridades ambientales y que pone en riesgo a otras especies nativas como el Manatí.
Lo que en un principio fueron unos pocos ejemplares, en menos de una década se podrían convertir en más de mil, de acuerdo con un estudio del profesor del departamento de Biología de la Universidad Javeriana, Germán Jiménez, citado por Pesquisa.
“Según los modelos se estimó que la población de hipopótamos, bajo la situación actual, crece a una tasa anual del 14,5 % y alcanzará su máximo crecimiento para 2034, con una población por encima de 1400 individuos”, señala el documento.
En Colombia, los hipopótamos son hoy por hoy considerados una especie invasora y su presencia se extiende a lo largo y ancho de varias zonas aledañas al río Magdalena. De acuerdo con la publicación, el crecimiento de estos paquidermos se da gracias a que las condiciones ambientales en Colombia les resultan más favorables que las de su África natal.
“En África, de donde son originarios, durante los periodos de sequía se reduce la concepción de crías y se aumenta la tasa de mortalidad por falta de alimentación y enfermedades causadas por el calor”, asegura la publicación, problemas que no tendrían en el Magdalena Medio, pues señalan que en esta zona gozan de alimentación suficiente, corriente constante en el río y “poco estrés por perturbaciones humanas”.