El asesinato de la familia Lora Rincón en Aguachica en el departamento del Cesar el pasado 29 de diciembre ha conmocionado al país. La trágica masacre, que dejó a varios miembros de esta familia cristiana sin vida, ha desvelado una serie de enigmas que podrían revelar el móvil detrás de este crimen.
Entre los detalles más escalofriantes se encuentra el hecho de que Ángela Natalia Lora, una de las víctimas, había recibido llamadas extorsivas desde la cárcel de Cómbita (Boyacá), pero no logró compartir la información relevante con las autoridades antes de su muerte.
¿De dónde venían las extorciones?
Según el medio El Tiempo, Ángela Natalia Lora fue víctima de amenazas extorsivas a través de llamadas que se originaron en la prisión de Cómbita, un centro penitenciario ubicado en Boyacá, a cientos de kilómetros de Aguachica.
Estas llamadas comenzaron en agosto y se intensificaron en noviembre, generando una gran preocupación en la joven, quien no pudo revelar el contenido de las amenazas a las autoridades antes de su trágico destino.
El personero del municipio de Aguachica, Nilson Hernández, primo de Ángela, confirmó que la joven había expresado su temor ante la posibilidad de sufrir un ataque.
Las extorsiones contenían información detallada sobre su vida personal, sus actividades laborales y familiares, lo que aumentó la alarma sobre la precisión de los datos que los extorsionadores poseían.
Uno de los elementos clave en esta investigación está relacionado con el celular de Ángela Natalia. Aunque la joven no logró compartir toda la información sobre las llamadas extorsivas, su dispositivo móvil podría ser la clave para esclarecer el caso.
Los investigadores han comenzado un análisis forense de los teléfonos de las víctimas, con la esperanza de encontrar mensajes de voz, textos y registros de llamadas que puedan ayudar a identificar a los responsables de las amenazas y, posiblemente, a los sicarios involucrados en la masacre.
Además, se ha confirmado que la SIM card utilizada para realizar las llamadas extorsivas ya ha sido identificada, lo que ha permitido iniciar el cotejo de este número con otros casos de extorsión y amenazas en investigación, lo que podría abrir nuevas líneas de investigación.
La masacre de la familia Lora no solo está siendo investigada por las amenazas extorsivas, sino también por posibles vínculos con el narcotráfico y otros factores que podrían haber desencadenado el brutal ataque. Se ha hablado de un millonario robo denunciado por la madre de Ángela Natalia, quien aspiraba a ser concejal de Aguachica.
Este hecho podría haber sido un factor desencadenante en el ataque, especialmente cuando se considera que los sicarios ya han sido identificados a través de grabaciones de cámaras de seguridad.
La investigación también apunta a un posible ajuste de cuentas relacionado con el crimen organizado. Los detalles de las llamadas extorsivas y las amenazas recibidas por Ángela Natalia podrían estar vinculados con estos hechos, lo que refuerza la teoría de que el crimen tiene un trasfondo más complejo de lo que parece a simple vista.
El caso de la familia Lora también ha dejado en evidencia la angustia y el miedo de otros miembros de la familia. Según reportes recientes, otro integrante de la familia, temiendo por su vida, habría enviado un mensaje alarmante antes de la masacre, lo que añade más misterio y tensión al caso. Esta situación pone de manifiesto la incertidumbre y el temor que aún persisten en la familia Lora Rincón.
El Gaula de la Policía Nacional ha confirmado que las llamadas extorsivas que Ángela Natalia recibió provenían del penal de Cómbita. Aunque los investigadores aún no tienen todos los detalles, las pistas encontradas en los teléfonos de las víctimas podrían ser fundamentales para descubrir los responsables de este crimen.
Los avances en el análisis forense y la revisión de las comunicaciones podrían arrojar información crucial sobre las motivaciones de los asesinos y ayudar a esclarecer las conexiones con otros delitos en la región.
